miércoles, 23 de diciembre de 2015

No dejes...



De repente un libro me mira desde lo alto de mi biblioteca. Esta marcado. Lo empecé a leer hace dos años y lo deje por la mitad.

Son las cartas de Van Gogh al hermano.

“…Extiende colores sobre la tela blanca si ves a una que te mira fijamente con un aspecto un poco imbécil”.
Miro el monitor y ahí esta: la tela blanca.



 “…Muchos son los pintores que tienen miedo de una tela blanca, pero una tela blanca tiene miedo del verdadero pintor apasionado que se atreve, que ha sabido vencer la fascinación de ese “No eres capaz de nada”

¿Acaso el arte no hace magia? 

Estoy escribiendo y vos leyendo sobre telas blancas que nos invitan a rendirnos pero que en el fondo nos estan incentivando a crecer.

Lo que viene a continuación solo funciona con una canción de fondo porque está escrito de tal manera que el cerebro reaccione combinando las palabras y el ritmo, haciendo de esto una experiencia digna de fin de año.  

La canción va a ser “Age of constent” de New Order


                                                                   y vas a leer lo que sigue:

Te levantas y sentís que a veces te morís todos los días un poco en el intento de vivir. Te levantas y te decís que de nuevo hay que empezar. Otro día más. Y vas caminando sin pensar en nada más que en lo que tenes que pensar: en tu futuro,

 por ejemplo,

eso que desde chico nos dicen que debemos tener presente. Pensas en los pasos que seguirás, en la casa, la familia, el auto, la profesión, el trabajo, los hijos, el próximo paso y los mil que le siguen. Todas cosas que están bien pesadas por todos, dentro de una realidad determinada.

Y te tomas el bondi o pedaleas o caminas y seguís pensando en lo que vas a hacer y la gente pasa y pasa y vos seguís pensando en todo y nada a la vez y te preocupas porque tu ideal no es el ideal que planeaste para vos o:

                                     que planearon. Y entonces te frustras.

                   Hasta que llegas a donde tenías que llegar, saludas y comenzas a trabajar o a estudiar y mientras: el futuro se te acerca y te desespera porque según tus planes no era ahora que debía llegar, porque según tus planes a esta altura el futuro debía ser otro o no: tal vez, según tus planes, el futuro debía ser este y ahora no sabes que puta hacer con el futuro que inevitablemente se va  a convertir en pasado dejándote sin nada.

Pero acá estas: en el presente, adentro de esto que estás leyendo. Y te das cuenta que el pasado es justamente este presente dentro de un ratito. Entonces ves lo que significa cada acción tuya para los demás. Y así, como si nada: es fin de año.

Te percatas que hay más realidades por fuera de tu realidad y queres vivir mil vidas para conocerlas.

Es una orden: tenes que querer vivir mil vidas.

Vas atando cabos, vas construyéndote, vas desarmándote y armándote una y otra vez junto con otros y otras en un espacio de tiempo creado a tu imagen y semejanza. Porque este es tu tiempo, todo lo que pasa a tu alrededor es tuyo y también vos sos creación de este tiempo. Cuidalo, querelo, rompelo y explótalo: hacelo pe-da-zos. Pintalo.

Estamos frente a nuevas posibilidades de creación, aprovechalas.

A pesar de que nos han acostumbrado a dormir en la oscuridad, es en la oscuridad cuando más debemos estar despiertos.

Create viviendo.

Que floten tus dientes sobre una sonrisa algodonada. Que te inventes otra vez y otra vez….

                                                     y otra,

                                                                        y otra.

Hasta que un buen día dejes de ser ayer, hoy o mañana para convertirte en: siempre.

Eso: seamos siempre.

                                  Como las acciones de los que hacen, como vos en el espejo mirándote y queriéndote, como esa tía que fue madre cuando tu madre falto

                                                 como el sol cuando estalla detrás del horizonte, como esta canción que escuchas mientras lees esto que dice más en los espacios entre palabras que en las palabras mismas.

                                                Asi que, al final de este año y  durante el que viene:

                                                                                NO dejes telas en blanco”


 

 

 

sábado, 12 de diciembre de 2015

Silencio

La fiesta para unos pocos en el Colón. Silencio. De la Rúa, Menem, Cavallo y sus elogios. Silencio. Blaquier, Mitre, Magneto y Venegas de traje, caminando como señores. Silencio. Aranguren y más silencio. Susana, Mirtha y Aldo Rico como ministro de seguridad en Jose C. Paz. Silencio. Fiesta de pocos para pocos. Apellidos y nombres que causan escalofríos de silencio.

La cumbia en sus actos y en su asunción ya no es de negros porque la bailan ellos. Las banderas argentinas son más argentinas porque las tienen ellos. Silencio, silencio y más silencio. ¿Cuándo me caí de la cama y me desperté del sueño? Es de noche y esta todo en silencio. Nadie dice nada. De la Rúa  sentado y respetado como si no tuviéramos historia, como si no hubiésemos sufrido. Como si nada. Silencio que me explota en la cara. ¿Cómo es que paso que en un discurso de asunción la palabra que mas se repitió fue “quiero” y no "estado" o "argentinos"? 

Los apellidos que ahora se mueven por esos lugares son los mismos que yo pedí que se vayan, que pedimos. Silencio. Te saca del medio a la ley de medios con un decreto y silencio. Te proponen al director de Clarín a cargo de los fondos de la Anses y silencio. Te dicen que desde ahora no se podrá hablar mal del presidente en los medios y silencio, silencio, silencio. 

Y ahora nos mandan a trabajar como si en estos últimos años no hubiésemos laburado, pensado y actuado; como si el trabajo fuera solo de ellos y la única forma de trabajar sea callado, con la cabeza gacha, recibiendo un salario sin cuestionar nada, sin pensar en las formas ni en las leyes que nos protegen como laburantes. Como si esas vacaciones pagas que tienen no hubiesen sido producto de personas que salieron a las plazas con banderas y bombos, como si ese salario o esa obra social fueran regalitos de sus empleadores y no producto de luchas sociales llevadas a cabo durante años. Como si todo sus derechos solo fueran artificios de algún mago del mas allá. ¿Nadie se pregunto como es que tienen ciertos derechos?  Silencio. ¿Acaso es solo su Argentina? ¿Acaso la frase “La patria es el otro” no invita mas la unión y a la solidaridad que aquella que expresa un "Sí, se puede”?

Silencio que retumba. Los artistas en los escenarios inmensos para todos los argentinos ya se callaron. Ahora es el Colón con ellos festejando y sonriendo. Ya no sos parte de la fiesta que se viene. Silencio y modales. Si, porque con modales el robo queda mejor. No importa el precio de los vestidos de las nuevas mujeres ni el precio de los trajes de los nuevos hombres. Porque en sus cuerpos lo valen, porque son diferentes, porque son mas argentinos. Silencio. Faltaba un rey y estuvo: el de España. El que le dijo que se callara a un presidente latinoamericano. Le pidió silencio. Siempre silencio. Eso les gusta, que estemos callados, que no nos movamos, que miremos en silencio y con respeto porque ellos “saben” porque vos sos de abajo y no sabes nada. La plaza ahora si es mas plaza, ahora no hay negros. Pero podemos bailar y agitar con Pablo Lescano en los boliches de moda. Aunque sea un villero porque legitimamos su “villerismo” con pulseras vip. Silencio.

Ruido. Hasta hace poco había un Dolina, un Capussotto, un Indio Solari, un Heredia, diciéndote de que lado estaban. Apellidos ruidosos. Hasta hace poco hubo un Gieco tocando “hombres de hierro” en la Esma, haciendo mucho ruido.
 
Que si no veo ni escucho más en los medios sobre robos, violencia y escándalos de corrupción sea porque de verdad es asi y no porque eligen quedarse en silencio. Aunque oiga el ruido silencioso del aplauso de Magnetto retumbado en la casa de gobierno.  

Y en el medio del silencio y de espaldas a la fertilización asistida, el matrimonio igualitario, la  nueva ley de divorcio: Telefe anuncia el reestreno de "La familia Ingals" como una burla a los nuevos tiempos que corren o corrieron. Y por otro lado el noticiero te dice " La familia del presidente es la primera familia ensamblada en el poder" con un tono de orgullo y satisfacción. Entonces el único mensaje que leo es: ciertas familias tienen permitido no ser los Ingals y asi y todo ser dignos. Los pobres solo serán dignos si se comportan como los Ingals: castos y lejos de todo consumo. Pero el silencio sigue ocultando estas cosas.

Silencio, silencio y más silencio.  

Y el Papa, antes victoriado, ni siquiera felicita al nuevo presidente pero nadie se pregunta porqué. Otra vez silencio, como si ahora Francisco ya no existiera. Eso sí: piden que Dios lo ilumine, como si la única salvación fuera creer en Dios, como si este señor no tuviera inteligencia para gobernar un país. 
 
Y en el medio un lío enorme por el bastón y la banda para que este hombre pregunte: ¿Qué hago con esto? Como si “eso” fuera solo un palo o que baile con la banda presidencial en el balcón donde Eva lloró. Como si la casa de gobierno fuera un chiste o una joda cool. Y asi bailando nombra dos jueces para la corte suprema, en nombre de la justicia independiente. Así, en silencio, mientras te canta Gilda. Mientras se rie, mientras manda a sus equipos a que hablen y el ya comienza a desaparecer. Queremos preguntar, ¿Así era no? 

Se trata de ideología. Se trata de cómo piensan al país. Y lo piensan desde arriba hacia abajo. Es como cuando te subís a una terraza de un edificio muy alto y ves a los que caminan muy chiquitos, como puntos. Así nos ven. Así nos piensan. Por algo pasamos de llamar a nuestros presidentes por sus nombres propios, haciéndolos cercanos y presentes a nombrar a este por su apellido, distante y frío; el allá y nosotros acá como si fuera un ente ajeno a la sociedad. Como si estuviera arriba, en una terraza lejana y nos espiara desde lo alto.

Silencio. Eso es lo que escucho. Pero esta vez se que el ruido esta de nuestro lado;
                                                       
                                 Por eso:

                                  seamos truenos y relámpagos en medio de esta tormenta oscura y silenciosa.

 


lunes, 23 de noviembre de 2015

Bienvenido al oficialismo


La provincia, la ciudad, el país. Todo en manos de un solo color político. Los medios, los privados y los públicos, también: en manos de un solo color partidario. La policía federal, la bonaerense, gendarmería y la metropolitana, adivinaste: en manos de una sola fuerza política. Decime ¿Cómo vamos a controlar que se hagan las cosas bien? Decime, ¿cómo vamos a saber si se hacen cosas, al menos? Decime si Lanata va a seguir investigando los actos de corrupción, decime sin Nelson Castro va a analizar la salud mental del nuevo presidente. Decime, por favor, porque yo no tengo respuestas. Decime por qué  querías el cambio en la Nación y no en la Ciudad que hace ocho y vamos por doce años con los mismo tipos. No supiste jugar ni siquiera estratégicamente, porque si tanto odiabas a Cristina te tengo malas noticias: esto la fortalece para volver. ¿Es que no te diste cuenta? Era más fácil que Daniel se despegara y divida al movimiento a que lo haga la asunción de Macri.

Pero no me voy a poner profundo ni aburrido. Solo quiero invitarte a que desde ahora y durante cuatro años fortalezcas tu posición, cada medida que tome tu candidato es necesario que la cuestiones si la ves mal o la milites si te parece que esta bien. Te invito a que en cada mesa discutas y debatas con todos desde el macrismo como yo lo hice desde el peronismo kirchnerista. Ahora te toca a vos, es así la democracia, eso es lo lindo de la política. Ahora a mí me toca estar del lado opositor porque sinceramente sé que Macri no va a gobernar para todos los que yo quiero que gobierne y de la manera que es necesario gobernar, ni vamos a estar todos juntos y felices viendo como ellos “se reúnen en paz a tomar el té, comer masas finas y charlar sobre los problemas del país”. Podemos estar juntos y felices comiendo un asado pero nunca lo vamos a estar cuando se trate de discutir derechos para los más excluidos, por ejemplo. No existe ese panorama y nunca va a existir mientras haya un Macri gobernado un país.

 Yo llore en la plaza muchas veces y por varios motivos: por tristeza, por emoción, por alegría. Espero que vos también puedas experimentar todo eso que yo experimente. Espero que desde el oficialismo puedas construir un pensamiento crítico y que puedas aceptar y criticar lo que se haga mal. Pero acéptalo. Y lo que creas que se haga bien militalo y convenceme de que se esta haciendo bien. Ahora arranca tu momento, ahora sos oficialista. Ahora a mí me toca un lugar mucho más cómodo: el de opositor. Ahora mis argumentos y pensamientos, mi manera de ver la vida y de proyectar un país para todos los excluidos de un sistema egoísta, esta del otro lado. No vamos a estar juntos, no vamos a estar abrazados cantando “We are the World”, lamento decírtelo. Mis amigos que no piensan así, seguirán siendo mis amigos, solo que no vamos a poder coincidir respecto a las ideas de gobierno sobre un país. No mientras este Macri sentado en el sillón de presidente. No, no y no.

Espero que esta cambio te beneficie, te haga más político, más comprometido. Espero que desde ahora esto te permita comprometerte con la construcción del país como yo lo estuve durante doce años de mi vida, poniéndole palabras, cuerpo y alma a un proyecto que creía y creo es el mejor para mi país, con sus errores y virtudes. Pero no esperes nunca que me sienta en tu vereda. No. No lo voy a hacer. Nunca voy a estar de la vereda de Macri ni de todos lo que están a sus espaldas. Cada nombre de su posible gabinete es la representación de los intereses más egoístas de este país. Te digo con el corazón en la mano: si llego a ver a Macri tomando una medida en favor de los pobres y excluidos repensare todas mis ideas pero de solo imaginarlo tomar una medida parecida a la Asignación Universal por Hijo ya comienzo a reírme. Ni vos lo crees. Pero bueno, ya tendrás tiempo de convencerme, acá empieza otra historia donde vos sos parte del gobierno que va a llevar a adelante este país. Yo no, no soy parte ni quiero serlo. Y si puedo profundizar la grieta lo voy a hacer cosa de no poder cruzarme ni por error. A mis amigos de toda la vida que estan de aquel lado los seguiré respetando porque ahora sé que van a estar del lado de la construcción y eso es una gran responsabilidad. Yo durante doce años lo sentí así, me sentí parte de la construcción del país y cada error o cada acierto lo hacia mío porque desde mi humilde lugar había trabajado para que así lo sea. De eso se trata cuando hablamos de un proyecto colectivo, de que uno se sienta involucrado hasta las entrañas y eso cuando ocurre es para siempre. No hay vuelta atrás.

 Así que en hora buena: te doy la bienvenida al oficialismo. Espero que hagan lo mejor que saben hacer, de la mano del líder que supieron votar. Poseen todo a su favor: tienen la provincia, la nación y la ciudad para hacer lo que quieran, así que no hay excusas. Los acuerdos serán fáciles (no va a estar Cristina para complicarles las cosas) y por eso todo va a ser rápido y lindo.

Felicitaciones, este triunfo es tuyo y tuyas serán las derrotas también. Mías no, tuyas. Yo de esta no me hago cargo así como tampoco me hago cargo del triunfo. Es la primera vez que perder me sienta bien porque yo perdí al lado de “los negros”, yo perdí al lado de las madres solteras con hijos, yo perdí con las banderas, yo perdí al lado de los mas pobres, de los villeros, de los obreros,  de los abuelos que no habían podido jubilarse y pudieron, yo perdí rodeado de pibes y familias que lloraban y se abrazaban mientras pisaban el pasto de la Plaza de Mayo, yo perdí con los artistas, los científicos , las abuelas y las madres de pañuelos blancos, yo perdí saltando y cantado, yo perdí abrazado a mi familia, compañeros y amigos, perdí junto a la otra mitad del país tan convencida como yo,  perdí bajo el paraguas de la ideología más hermosa del mundo, yo perdí y nunca me sentí tan acompañado en una derrota como ayer.  

Volveremos y seremos millones…pero mientras, seguiremos construyendo un país más justo desde donde nos toque construirlo.

Disculpas si esta columna no tiene el rigor académico que se merece pero hoy: lunes 23 de Noviembre no es mi cabeza la que escribe, es mi corazón malherido, aunque nunca muerto, el que quiso gritar su dolor.

 

domingo, 15 de noviembre de 2015

Una bandera de Francia en mi perfil


Si queres comprometerte con las muertes de los humanos en Francia, tenes que hacer algo que demanda un laburo importante. Y sino, no hagas nada. En serio, nadie te va a culpar de ser un insensible, es más probable que quedes como tal cambiando tu foto de perfil en facebook. ¿Sabes por qué lo digo? Porque si profundizas no te va a importar poner la foto de la bandera francesa, sinceramente no vas a sentir nada que te haga colocarla como foto de perfil. Ahora si lo hiciste estas en un dilema: ¿Cuándo la sacas? Quiero decir, ¿cuándo se acaba tu dolor público por los asesinados en Francia? Porque si la sacas en una semana quiere decir que ya estás en otra y lamento anunciarte que los familiares de las victimas estarán llorando todavía y esta guerra va a seguir.

Sé que hay muertes en otras partes del mundo provocadas por acciones históricas por parte de los mismos países que hoy sufren los atentados. Todos sabemos que la guerra de verdad es entre Rusia y EEUU. Y que ya la estamos viviendo y que esta es otra de sus formas. Sabemos que la clave es Siria  (porque es el único país de la zona con salida al mar directa hacia Europa y desde ahí se puede manejar el comercio de petróleo). Sabemos que el poder no es una cosa, sino que es algo que se construye con medidas y acciones directas e indirectas. Por eso antes de dar las claves socio-políticas de un conflicto complejo, lo que quiero expresar con esta columna es que a veces, cuando ocurren estas cosas, hay que sincerarse con uno mismo y analizarse.

Te voy a poner un ejemplo: te enteras que matan a personas en Francia, ¿Qué es lo que te pasa a vos?, a vos y  a nadie más ¿Qué es lo primero que pensas? ¿Qué es lo primero que te preguntás? ¿Qué es lo que sentís? Porque lo que yo pude ver es que alguien decidió que había que hacer luto por Francia y la mejor manera de hacerlo era cambiarse la foto de perfil, por ejemplo. Y millones de personas lo hicieron, como también eso de poner la Torre Eiffel y la frase “paz por Francia” y ¡en francés! Siendo argentino o de otra nacionalidad. Veo que  se crea una igualdad donde no la hay y eso nos hace mal como mundo. Si analizamos con más profundidad y si pudieras decir lo que verdaderamente pensas ¿Qué hubieses hecho? Pensalo bien.

Hay que tener conciencia de que la paz no existe en los términos en los que creemos que debe existir. Que hay intereses muy poderosos que no van a dejar que esa paz exista a no ser que convenga y la paz nunca les conviene.

Tenemos que buscar la forma de que nos interese un poquito más lo que pasa en todos lados. Para superarnos, para salir de esa comodidad de solo replicar lo que alguien impone. No te digo que no uses facebook pero utilízalo como medio, no como un fin. Yo no dudo de que seas buena persona y que lo hagas con la mejor de las intenciones pero dudo de facebook, porque mal que nos pese el creador de la red nació en un país que tiene su propia visión del mundo. Y esa visión ahora se replica, y si se replica estamos reproduciendo la violencia que cuestionamos. Yo no soy francés, soy argentino y te puedo asegurar que me duelen todas las muertes pero más me duele ver como la propia mirada de un par de países sobre determinada realidad logra reproducirse y sé que eso nos lleva a más muertes. Tampoco considero necesario poner una bandera palestina por los muertos que,Israel mediante, EEUU provoca todos los días allá. Si queres la paz de verdad entonces es necesario que te pares como argentino, que rebusques en tus propias entrañas el dolor verdadero que sentiste y lo expreses. Y si de verdad no sentiste nada, no pongas nada y pregúntate porque no sentiste nada. Aunque no creo, siempre se siente algo ante la muerte.


Esto me lleva a decir que me gustaría, también, que cuando ocurre una muerte injusta acá: lo expreses. O expongas tu posición. Hace unos días un pibe fue baleado por la cana. Todo el mundo ya sabe que fue injusto, que el pibe no había hecho nada. ¿Acaso eso no es un atentado contra la vida? Sí que lo es y vino de la mano de esa mirada represiva de ver el mundo, donde lo distinto se traduce en peligroso. Y esa mirada la que hoy domina al planeta. Entonces, tengamos cuidado en la forma en que nos expresamos, escarbemos mucho antes de salir en las redes. Hoy el mundo es otro, la información se maneja de forma rápida y brutal, y los que tienen el poder sobre la misma, son los que fabrican los lentes para que nosotros miremos lo que ellos deciden mostrarnos y de la manera que ellos deciden hacerlo. Son esos lentes los que te muestran a todos los árabes como terroristas y a todos los trapitos como vagos delincuentes. Ojo, tengamos cuidado. La guerra, así como la paz no se realiza de una misma forma y no ocurre solo en un lugar. La mirada de los imperios es traducida de diferentes maneras según el lugar sobre el que quiere avanzar y convencer. Todo se relaciona con todo, desde el acto más pequeño al más grande. Es tan simple como complicado y puede que un día te encuentres sin quererlo ni sentirlo, peleando por ideales que no solo no son tuyos sino que te perjudican.
Quiero que sepas que una bandera en la foto de tu perfil no hace a la paz, no devuelve a los muertos a la vida ni te convierte en mejor persona. Lo que verdaderamente produce un cambio hacia un mejor mundo es sospechar de aquello que se nos muestra tan claro y lineal. La aplicación para que te pongas la foto de Francia en el perfil no nace desde una intención humanitaria, tiene un trasfondo mucho más complejo. Con solo pensarlo así ya estas demostrando mucho más respeto por esos ciudadanos franceses víctimas inocentes de esta guerra por el poder mundial que siempre vivimos.
¿A dónde quiero llegar con todo esto? A mostrarte que si Lucas, el pibe baleado por la metropolitana, hubiese sido un árabe en Francia….también hubiese sido baleado en alguna circunstancia allá. Tan solo porque los lentes de quien tiene en sus manos el poder represivo lo muestran como un peligro para una supuesta paz establecida. Esa es la verdadera guerra, la que vos desde tu humilde lugar debes intentar frenar, o al menos cuestionar ya que es la que vivís todos los días.
 
La realidad es complicada, es dura, hay conflictos, intereses y poderes….no es fácil, nada se logra con felicidad y alegría. Ninguna paz que dure se construye tapando las diferencias bajo un manto de igualdad que no existe y no va a existir. Es duro, pero es así. Las cañitas voladoras y los globos de colores quedan para festejar fin de año y los cumpleaños. Las diferencias se saldan con otras herramientas, se generan acuerdos pero no empates, no existe una sociedad homogénea donde somos felices y comemos perdices todos JUNTOS, riendo, lindos y afeitados. Esa imagen lamento decirte: es pura ficción.  
 
Lo ocurrido en Francia te da, de nuevo, la bienvenida al mundo real. Veni, pasá…disfrutalo y sufrilo siendo siempre consciente del lugar en donde te toca vivir.
 

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Una moneda, por favor.


Antes que nada, quédate tranquilo/a, no te voy a hablar ni de Scioli ni de Macri. No te voy a decir lo bueno que es uno y lo malo que es el otro.
En esta oportunidad, voy a escribir sobre un concepto sobre el cual vas a pensar y después te encargaras de asociarlo a lo que quieras: voto, cambio sin continuidad o cambio con continuidad, falta de mano o falta de bigote, etc. Porque yo no voy a andar diciéndote todas las cosas que ya sabes de uno y otro lado, ya estas grande y sos inteligente.
Hoy voy a hablar de la solidaridad:
¿Qué es la solidaridad? ¿Qué significa ser solidario? ¿Es dar una campera a los inundados? ¿Es dar un par de zapatillas a las personas que viven en un barrio carenciado? ¿Es hacer una colecta para los “pobres”? ¿Qué es?
 Para mí ser solidario va mucho pero mucho más allá de dar una campera u organizar una colecta. Aquellos actos si bien son “loables” no son actos solidarios. Ser solidario es difícil, muy difícil. Son pocas las personas que son solidarias de verdad porque ser solidario conlleva un esfuerzo sobrehumano, algo desgastante y comprometido. En cuanto te das cuenta de que realizaste un acto de tamaña envergadura humana ya no hay marcha atrás: estas comprometido con el país de por vida.
Ser solidario implica pensar en lo colectivo, no solo en el “vecino” sino en la ciudadanía como tal. Ser solidario es acordarte de que existen personas sin acceso a una computadora no solo cuando te roban la tuya. Ser solidario implica saber que hay gente sin laburo no solo cuando perdes el tuyo. Ser solidario significa alegrarse (sin que vos seas viejo)  de que los viejos se puedan jubilar aún sin haber aportado en toda su vida por trabajar en negro. Es saber que vos con tu laburo le estas dando la posibilidad a que un viejo pueda recibir una jubilación y alegrarte por eso. Eso es ser solidario. Ser solidario es buscar las explicaciones a la delincuencia que viene de la mano de la pobreza y también preguntarse por aquella que viene de la riqueza y tratar de asociarlas. Ser solidario es ponerse feliz de que haya pibes que tengan computadoras gratis y pibes que reciben algún mango para comer de parte de tus impuestos. ¿Acaso no es mejor eso que darle una moneda al que te limpia un vidrio? Eso es ser solidario. Es comprometerse con el conjunto de todos los argentinos. Y cuando sos solidario no podes parar de pensar en que tu acto beneficiaria o perjudicara a otros. Entonces se transforma en una carga muy grande y muy pesada pero de alguna manera aliviadora: porque te hace más humano. Por eso cuando digo que hablemos de solidaridad lo digo para que la pensemos en profundidad. Ser solidario no es solo escuchar la opinión de otro porque  eso solo es: escuchar. Ser solidario implica pensarse hacia el otro con el otro y por el otro. Es pasar de lo individual a lo colectivo. Para ponértelo en términos políticos: Solidario es el Estado, egoísta sos vos (lo digo asi para llegar al punto al que quiero llegar). El estado es el medio por el cual vos te haces solidario con el resto de los argentinos. El capitalismo por ejemplo, no es solidario, solo hace que te preocupes por TU celular, TU computadora, TU auto, TU ropa…y también hace que tengas muchas de esas cosas, tantas que te sobren y las regales cuando no te sirvan y salgas a la calle pensando “que solidario soy” y la verdad es que no. No fuiste solidario, solo fuiste caritativo, es decir: diste lo que te sobraba, no compartiste lo que tenías. Bueno, el Estado se encarga de que compartas lo que tenes, de saldar esa cosa egoísta que tiene el capitalismo. Así que si tenes un laburo parte de tus ingresos son compartidos con los pibes de una villa y con los viejos que se jubilan y con los estudiantes que estudiamos. Y porque vos compartís conmigo, un estudiante que estudia, parte de tus impuestos yo trato de darte lo que aprendí en esa universidad pública solidaria con cada uno de los argentinos. Eso es ser solidario, ponete contento, sos una gran persona. Porque yo no tenía ni la más puta chance de estudiar pero tu solidaridad lo hizo posible. Y también hace posible que se construyan hospitales, escuelas y más universidades y se les pague a los maestros y a los médicos. Y claro, puede pasar que tus impuestos se administren mal y vos no estés conforme pero entonces entraríamos en la discusión del cómo se deben administrar pero nunca de que se debe acabar la solidaridad estatal.

Lo que quiero decir con todo esto es que no importas vos en cuanto solo seas vos. Realmente importas en este país cuando vos te involucras con el colectivo. No con el vecino, el vecino solo es uno. Sino con todos a la vez. Por eso cuando vas a votar para que administren los recursos del estado, esa cosa que te hace solidario, no solo es TU VOTO, es el voto de todos a la vez. Quiero decir que el cambio no sos vos, el cambio somos todos y ser solidario es pensar en el, ella, en aquel, en los viejos y los pibes y en mí y en la chica que labura limpiando tu casa, y en el laburante de campo que labura por un sueldo y en el obrero que levanta paredes y en los pibes que van a la escuela por primera vez, y...Uf, es cansador. Por eso repito: ser solidario es algo muy pero muy pesado.
              Para ser solidario solo se necesita diluirse en el otro, de ahí viene eso de que la patria es el otro.
                Por eso ser solidario: no es dar una campera, ni unas zapatillas, ni una frazada, ni una moneda. Ser solidario es poner el voto en una urna sabiendo y teniendo conciencia de que estas siendo solidario con todos. Sino es lo mismo que dar una moneda a un pibe en la calle y la verdad es que ese pibe no quiere la moneda, ni las zapatillas ni la campera. El quiere derechos, los mismos derechos que tenes vos. Entonces estamos ante dos posibilidades: una moneda o un derecho. Y es ahí donde juega tu solidaridad.
                                                                       ¿Qué difícil decisión, no?
 
 
 
 

lunes, 26 de octubre de 2015

Una neurona que grita y te hace vomitar


Lo que sigue a continuación es la expresión de lo que se siente cuando se siente. Lo que viene a continuación lo escribí entre comas, entre puntos seguidos y apartes y espacios y sangrías pronunciadas...Porque yo considero que así  se escribe la vida. Quiero que sea como un viaje en auto a través de muchos pozos y baches que te provocan malestar y nauseas. Bancatela si te animas.

       Espero que la sinceridad no te abrume:

La justicia, la igualdad, la televisión y de pronto: se te cruza una mujer y la política y los partidos y las instituciones, la constitución y los poderes. El estado, un gobierno y las ganas de saber y de entender.

El hambre, la soledad, una fiesta, el alcohol, una borrachera o dos y el sexo. Los presos, la libertad: la de ellos y la nuestra.

El sistema, la economía, el país, la nación, la soberanía, la lucha, los amigos, los militantes que son amigos y una pelota haciéndole un gol a tu niñez. Los diarios, el teatro, una novia, otros amigos, un libro, dos, tres, cien y el debate.

 Detalles superficiales que te compran y un chicle de menta en tu boca para ir a hablarle.

El poder, la injusticia, los chicos muertos, el hambre, la igualdad, la inclusión, la búsqueda y el sol que sale todos los días.
                                 Una bala, dos, tres y represión de un tipo que no queres. Un par de locos enormes, la radio, el amor y el arte…Bendito arte.
                                                                        Tu vieja, tu viejo, tus hermanas y hermanos, tu familia y tu casa: la pequeñez y la grandeza.
                                              Los sueños, el dolor, una herida de amor, o dos, o tres y un par de ojos que no te ven.
                                                    
                         Otras fiestas y la noche que fabrica ilusiones que ocultan depresiones. Discusiones, una esquina, un banco de madera, un pibe chorro que no roba y su muerte: robada. El que tiene y se queja; el que no tiene y no se queja.

                                                           Vos, el, ella.

Lágrimas, una sonrisa, una pluma, una lapicera, la universidad y los guantes de boxeo. Las apariencias, los tipos altos de dientes blancos que sí roban, los dólares que nunca tocaste y los viajes que nunca hiciste.

Un horizonte y una montaña, un mar y un hombre que ignora aun pibe que pide que lo mire…desde el suelo. Veinte contradicciones y una sola gran convicción que te salva.

Un penal, un gol, la camiseta, los gritos, la inseguridad de la seguridad, el juez y el abogado. Una mañana, una tarde y la noche y el día.

Un mendigo, un barrio alto, una barrio al costado, lo marginal. La tapa de Gente y la del Página. Un Viernes, un Sábado y un brindis con una lagrima de hielo para enfriar la copa.

                              El agua, el vino, la corrupción como campaña y la misma vara desigual para medir. Un fiscal con su bala y la democracia con los votos.

                                                                                                      La acción, la represión, el dedo que señala al brazo que trabaja. El asador, el asado, el que come y el que no. La sal, el azúcar, las canciones.

El bigote con las botas y las botas sin bigote, las demandas de la historia.

                         El recuerdo que mata al olvido con pañuelos color memoria.

                                                             El canta, el que calla, el que trabaja, el que roba, el que siente, el que ve; Dios y Diablo y los santos y Argentina.

                                         Escalar, posicionarse, morir y después: envejecer.

Convenciones sociales, modelos para vivir empaquetados que te venden en cualquier lugar.

Ser joven mientras puedas, ser niño mientras no te excluyan. La calle, las risas, el cine y un perfume.                                     
                                                                      Lo que importa, lo que no.
        
         El shopping, vos en las fotos de face ,un domingo, la mediocridad, la luz y la oscuridad. Un hijo, dos, tres, cientos. Un programa, un gobierno, una medida que dignifica, dos, tres, mil.

                                  Un soldado y una isla; una cruz y el pasto como cielo.

Un color, una carta, la existencia y la volatilidad. La religión en un lavarropas. Una ducha, tu computadora y las palabras. Un portarretrato, un disco en forma de disco y una canción en forma de números. Los pies, las manos, la cabeza y el corazón; los que usan todo eso, los que usan algo y los que no usan nada. Una bandera que flamea a los gritos.

                           El pueblo, el pasado en el futuro ¿O el futuro en el pasado? ¿Qué elegís?
                                  Pappo, Luca, Charly, Lennon, Beatles, Gustavo, Luis Alberto y la inmensidad del todo. Tu imaginación. La incapacidad de querer de algunos, la capacidad de sentir y pensar de otros y una pelota rodando hacia la impunidad del desear.

Muchos, pocos. La silla, la oficina, nueve horas, diez, doce, catorce. Ella que limpia, vos que miras.

El señor que manda, vos que obedeces. La frontera en la piel, la humildad y la sencillez. La libertad, el odio, la pasión y un paracaídas por las dudas.

                                                      

Lo que das, lo que tenes, lo que perdes, lo que asesinas.


                         Tu sombra y la de ellos.
                                                      Las preguntas y las respuestas.
                                     La manera de buscar, la manera de encontrar.
                        Crecer, vivir sin morir en el intento.

 La energía, tu espejo, el espejo de los demás y el reflejo de lo que das. Los aplausos.

                                                           La vergüenza y la impunidad. La vejez, los huesos y el ruido                           que   hacen al acostarte.

El dormir, el descansar en la ciudad. La rueda que no para y no va a parar y el viento. La velocidad y el pensamiento viajando en subte. Los que están ahí, allá y acá.


                      Tu pasado, tu futuro en el presente colectivo. La ansiedad de que llegue lo que tenga que llegar. El tiempo en un reloj y la eternidad solo en algunos. 

Los que te dejan por no animarse, los que se quedan y te abrazan. Los valientes que mueren mientras los cobardes callan y viven. La culpa, la atracción, el rechazo y la aceptación.

                                                           Los opuestos que se parecen y se odian por eso. Vos.

                                 El ritmo, el escenario, la felicidad, el campo y el obelisco que se mezclan y te forman. La sangre que late y el debate que arde. Lo que escondes y lo que mostras. Los que pueden descifrarte y los que no. El yo verdadero, el que vendes, el que alquilas y el que destruís para construir.

Tu pelo que se cae, el shampoo que miente y la estupidez de creerle. Los ojos, su mirada, la ceguera, la idiotez, la maldad y un botón rojo que lo explota todo.

El imperialismo, la cooptación, globalización, mercado, trajes, la play y un lcd tan grande como esta ciudad que nunca te alcanzara para ocupar ese vacío que queres llenar.

Una mesa, un lugar y estar acompañado sonriendo….queriendo, amando. Escribir, divertirse y volver a creer. La política: la herramienta. El teclado, el monitor, las manos, los dedos y el cerebro. Todo lo que sos, todo lo que son y todo lo que somos.

                                                           Pensar, pensarte ¿Pensaste?

Se habla, se calla, se cierra una puerta y se abre una ventana. El sol y las nubes y un elefante como sueño. Dos horas, todas las horas. Leer, distraerse, darse cuenta y marearse.

 ¿Nunca estuviste loco? Nunca seas cuerdo.

Lo aburrido, la fantasía, la diversión. Un comedor, una villa, el barrio, las calles y las zapatillas que se embarran. Lo que entendes y lo que no. Somos uno, somos muchos. Saltá de vos y convertite en los demás. Hacete grande.

                                                                Rompete la cabeza y sangra.

Nunca cierres, siempre abrí. Nunca duermas, siempre soña. Imagina todo lo que más puedas y gritalo.

Somos capaces hasta de amar.

Soltate y  herite. Por ellos, siempre por ellos. Nunca por vos y siempre por vos. Verdad, mentira y la razón en un árbol grande. Un perro que te sigue y vos seguís andando...

 
                     Una neurona que grita y despabila a las demás, así funcionamos cuando de verdad queremos funcionar. Entonces comienza un malestar, pero es como subirse a una montaña rusa: siempre queres una vuelta más aunque te tiemblen las piernas y


                                                                                                     te duela la garganta de tanto gritar.
 
 

viernes, 4 de septiembre de 2015

¿Qué aportamos ?

Bien, la foto ya esta en todos los portales de Internet, en todas las pantallas de televisión, en todas las bocas del mundo. ¿Y ahora? Ya escribieron miles sobre esto y ahora yo también pero qué puedo aportar desde mi lugar ¿Que podemos aportar desde acá, desde nuestros tranquilos y pequeños espacios? ¿Qué es lo que podemos hacer como individuos bien intencionados? Ya postearon la foto, ya se hicieron dibujos, ya se indignaron, ya lloraron, ya gritaron, ya leyeron y también escucharon ¿Y ahora qué? ¿Qué podes hacer vos como persona y como ciudadano mundial?

Bueno, no se si es la respuesta justa la que te voy a dar pero se acerca a una propuesta y trata de lo siguiente: cuando escuches a alguien alabar el sistema de seguridad yanqui o  a la disciplina alemana, o bien a la cultura de los europeos, cuando escuches por ejemplo una frase del tipo “ allá todos cruzan por la senda peatonal y nadie tira papelitos en las calles” o la otra un poco más famosa “ en los Mc Donalds de EEUU te dan toda la Coca que quieras”. Bueno cuando escuches estas palabras tenés que interpelarlos desde la razón, desde el conocimiento.

El llamado progreso esta matando al mundo, si, leíste bien: el progreso, el maldito progreso por el que todos se sacan los ojos por ser incluidos nos esta matando a todos. Estos hechos aberrantes como la muerte de miles de refugiados todos los días del año ocurren en nuestro mundo, no esta pasando en Marte. Todo ocurre acá, en tu tierra. Los refugiados, el concepto, la categoría como tal aparece por las guerras, las guerras se inician por poder y al poder se los disputan unos pocos. Entonces cada vez que elogien a aquellos países “civilizados y bien pensantes” tengan en cuenta que ese progreso tan estimado se logró destrozando otras civilizaciones. ¿Es que no se dan cuenta? Son castillos construidos sobre cementerios. Un país no es mejor por darte mucha Coca Cola, tampoco porque los ciudadanos sean disciplinados y prolijos. Un país es mejor cuando se preocupa por el bienestar del resto. Y no soy inocente, a esta altura ya nada me espanta. Ni siquiera la muerte de nene sirio, no, no me sorprende porque todos los días me embarro la cabeza con miles y miles de muertes y siempre soy yo argumentando contra aquellas civilizaciones que dicen ser mejores que nosotros. No lo creo. Son distintas pero no mejores. Entonces lo único que tenes que hacer para aportar tu granito de arena desde tu humilde y confortable lugar es cuestionar los poderes establecidos. Por una vez arriesgate a opinar frente a los silencios que provocan aquellas conclusiones mundiales resultado de un mediocre sentido común. Aquellos países que hoy no dejan entrar refugiados son los mismos que los provocan. Turquía recibe por año cerca de dos millones de ciudadanos que escapan de la muerte. Alemania y el resto veinte mil y todavía se sienten mejores.

No alcanza con la foto, tampoco con esto que escribo porque en una semana ya nadie se va a acordar ni siquiera de que dije que ya nadie se va acordar. No alcanza con que llores, ni con que te indignes. Tenes que ir mas allá, preguntar y preguntar y enfrentarte a vos mismo. Es algo incómodo porque es meterse en un mundo que te va a cansar pero tenemos que llegar a la tumba cansados de vivir y lo mejor que te puede pasar a vos que estas cómodo, que tenes satisfechas las necesidades básicas es que una parte de ese cansancio pertenezca a tu lucha por el otro. Europa no es mejor, EEUU tampoco. Son distintos, somos distintos ¡ y gracias a la providencia que lo somos!
Ojo, no me refiero a que salgas con pancartas y grites por la paz en el mundo. No. Solo quiero motivarte a que cuando se te presente la oportunidad cuestiones aquellas supuestas verdades. Eso sirve y mucho. Cuestiona todo aunque genere silencios incómodos en alguna cena o almuerzo porque de eso se trata, de incomodar. De que esa sensación que te provocó la foto del chiquito sirio se expanda en el día a día, en el momento a momento. Que sea como un escozor en el cuello, que moleste. Molestá. Y si por ahí ves una foto de un empresario multimillonario en una villa al lado de una nena pobre y con hambre buscando salvajamente un punto mas en alguna encuesta también indignate y molestá de la misma forma que lo haces por los refugiados sirios, porque al fin y al cabo ese empresario es parte del progreso salvaje que este capitalismo nos vende día a día. Porque al fin y  al cabo todos somos parte de este mundo y el mundo es parte de nosotros y en alguna medida cada uno a su manera busca refugio en el otro y para eso no existen fronteras. Eso suena muy lindo pero no sirve del todo. Destrozá la imagen que provoca la canción Imagine de Lennon, hacela papel picado, masticala y tragala y después ponete a pensar al mundo de verdad. Con eso basta…por ahora.


Nada más. Nada menos.


miércoles, 19 de agosto de 2015

Zapatillas

Hace tiempo que quería escribir sobre esto pero no sabía cómo. Era demasiado trillado, demasiadas veces lo escuché o lo leí. También se me hacía muy largo de explicar. Pero hoy escuché y leí una canción que despertó aquello que siempre estuvo rondando en mi cabeza y que nunca pude expresarlo de manera clara. Quien la canta, el contexto en el que lo hace, la música, todo lo relegué y solo me concentré en el tema central: Las zapatillas.

Son las zapatillas las que siempre salen en cualquier charla trasnochada, son ellas las que primero salen a relucir en cualquier argumentación a favor de alguna autoridad moral. “¿Viste las zapatillas que usan y no tienen ni para comer?” “¿Viste esas minas con esas zapatillas? Y tiene hijos pidiendo” “ Me apuntó con el fierro y me robó, tenía unas Nike de las últimas, seguro salen como dos lucas” Frases que escuchamos, decimos y pensamos cada dos por tres.  A mí siempre me hizo ruido eso de las zapatillas, siempre era un dato que se destacaba por sobre el resto pero ¿Por qué? No sé bien, pero creo entender.  Me acuerdo cuando mis viejos me compraron unas Nike, se gastaron todo lo que tenían para regalármelas. Las únicas Nike que tuve, fui feliz. Pero ¿Por qué fui feliz? Porque tenía unas Nike como las que tenían los pibes del grupo más popular, porque tenía esas zapatillas que me hacían sentir que pertenecía a un grupo, que no era marginal. Tal vez si siempre las tuvieron no lo hayan sentido nunca pero yo las tuve una vez cuando era adolescente (luego compraría alguna otra ya de grande). El tema es esa edad, una edad en donde buscamos identidad, buscamos que nos acepten, buscamos agradar, buscamos ser nosotros. Y entonces viene una marca, un mercado que te dice por lo bajo que si lográs tener determinadas zapatillas serás único como los demás. Serás vos entre el resto. Y sí, y las queres porque con esas zapatillas vas a ser vos.  Es lo único que querés, es lo único que necesitas porque esas zapatillas te constituyen como persona, te dan una identidad, porque es así, porque te dijeron, porque lo sentís, porque sí.  Y tus viejos (si los tenes) mueven cielo y tierra para comprarlas, para hacerte “feliz”. Y así arranca el tema porque ya después todos sabemos que de las zapatillas a la remera de marca hay un paso y conforme vas creciendo van a ser tus búsquedas. 

Entonces yo me pregunto cómo cae el mensaje del mercado en un adolescente que lo único que tiene son justamente: mensajes. Y todos sabemos que según qué medio ambientemos serán los mensajes que nos caerán en la mente. Si no tenes nada y el mensaje es “con estas zapatillas lo tendrás todo, serás respetado, volarás y te destacarás; serás vos”entonces ese alguien sin nada va a querer ser como "el pibe de las zapatillas", ser como el resto siendo diferente. Por ahí arranca todo y por ahí también termina.

Ojo, no quiero ser un cliché más ni un mensaje ya manoseado. Solo quería expresar lo pensado, quería tratar de hacer letras lo que es mensaje por dentro del mensaje. No estoy diciendo que las zapatillas son malas, tampoco que no compren Nike. Nada de eso, a mí me gusta Adidas por ejemplo. Quiero decir otra cosa y creo que la dije, creo que el mensaje está y no necesita más explicaciones.


Al fin y al cabo como dice la canción: son solo zapatillas.




jueves, 13 de agosto de 2015

Me Liberaste

El gol del Gallego, el rastrojero, la plaza, mi viejo con una camiseta antigua, de esas de piqué en la cabeza, sonriente, agitando la mano por fuera de la ventanilla. San Lorenzo. 1995. Yo tenía nueve años y no entendía mucho, lo único que pude descifrar fue el sentimiento de alegría y lo que más disfruté fue estar solo con mi viejo en la caravana, compartiendo eso: la sonrisa. Histórico, mi viejo y yo en un rastrojero verde loro pintado por el, con una camiseta antigua compartida entre los dos festejando un torneo sufrido que nos dio un hijo sin padre con un gol en la cabeza, gallego bruto y valiente.

Pasaron los años y había días en los que apretaba los dientes y me decía “Dios, dame la copa, la copa tiene que ser nuestra”. Ganamos aquella vez a River, con dos menos y un Ramón en el banco propio. Casi pero no alcanzó, el sueño se hacía pesadilla en manos de otro técnico argentino que se llevaría nuestra alegría para devolvérnosla más tarde. Destino de gigantes.
No tengo mucho para decir porque los sentimientos a veces no se pueden escribir, solo se sienten, eso: se sienten. Pasaron diecinueve años, aquel técnico llegó a casa, armó la estrategia, convenció a los soldados. Humildes soldados espartanos cargados de ganas de ganar. Tal vez sea porque desde el fondo salen los mejores héroes. Quisiera escribir y relatar cada fecha y cada paso pero no puedo, me tiemblan las manos. Un año pasó, crecimos más. Allí estábamos, la copa, ellos y nosotros. Transpiramos sangre, sufrimos ¿Cómo no íbamos a sufrir? Somos así, sufrimos y apretamos los dientes conteniendo el aliento, trabajando a la rabia, transformando las frustraciones en voluntad ganadora. Y el gol y el último partido. Y ya no hay nada más, solo el pitido final. Y la puta que lo parió somos campeones de la Libertadores. Es nuestra, la tocamos, la besamos. Es esa pero debemos verla en perspectiva para sentirla más cerca. Debemos verla a lo lejos para poder tocarla de verdad porque así funciona la historia.

Mi viejo, la remera y el rastrojero. Todo volvió de repente, todo se camufló bajo los mismos sentimientos. Una línea recta entre un hecho y otro unieron todo lo logrado y todo lo sufrido en este tiempo, todo se enlazó en esa sonrisa: la de mi viejo. Porque para eso esta el fútbol, para sonreír y compartirse de generación en generación y gracias a estos flacos, gracias a estos tipos yo voy a poder compartir una Libertadores y nadie me la quita, nadie me la va a quitar porque es de mi viejo y mía. Y es de todos los viejos e hijos que comparten este sentimiento.
Y ya no me queda nada para decir. Un año después recién puedo escribir y descifrar algo de lo que siento. Y quiero a mi viejo porque compartió conmigo estos colores, me los dio en una remera antigua, de esas de piqué sin marcas, solo con el sponsor de su sonrisa orgullosa como la de un hombre que comparte un tremendo logro y no me importó más nada porque ya con eso me alcanzaba. Pero ganamos la Libertadores entonces ya me sobra, me sobra toda esta alegría que se va a mantener siempre para ser compartida una y otra vez.

Un año…todos los años, como la vida, como la sangre. Sí, de esos colores estamos hechos, del rojo y del azul, así son nuestras venas.
                                               
                                          Me liberaste el grito de rabia San Lorenzo, me liberaste el grito de campeón de América. 


Gracias Viejo, gracias Cuervo. 


lunes, 6 de julio de 2015

A los del 84-85-86

Hacete cargo de tu tiempo. Si te toco un Messi hacete cargo y disfruta. A nuestros viejos les tocó un Maradona. A nosotros un Messi. Con sus errores y virtudes hoy, en TU tiempo, es el mejor. Dentro de cuarenta años vas a decir “yo lo vi jugar” orgullosamente, haciéndote el boludo, olvidando todo lo que lo bardeaste. Hacete cargo de TU generación. Hagámonos cargo de lo que nos toca vivir. El pasado tuvimos cosas lindas y malas pero solo este presente nos pertenece. A nuestros viejos les tocó vivir y disfrutar una copa o dos (yo siempre cuento una), bien por ellos. Nosotros no la vivimos y sí la rozamos, bien por nosotros. Disfrutemos de todo lo que nos pasa. Hagámonos cargo de nuestra edad, de nuestros recuerdos, de nuestras derrotas. Porque entonces si salíamos campeones éramos todos campeones pero resulta que perdimos y el único perdedor es un jugador, uno de nuestra generación, de nuestra tiempo y país. Hacete cargo de las derrotas, dejá de esquivarle a las responsabilidades. Si alentaste contra Paraguay y te gustaron los seis goles, hacete cargo de los cero goles. Por una vez en la vida abraza a otro argentino que es mejor que vos. Sí, es mejor que vos y que muchos, que miles y así y todo le toca perder como a todos. ¿Ves? Es humano también. Y si por ahí te gusta ponerle a todo precio, y si te gusta decir que gana mucho entonces alentá por algún financista, por algún tipo que sea el mejor ganando guita. Pero si sos hincha del fútbol hacete cargo de Messi, de la camiseta, de vos. Es fácil mirar todo desde arriba. Así miramos el fútbol, con las cámaras o desde las tribunas, siempre desde arriba. ¿Alguna vez jugaste? Cuando jugas estas a la misma altura y los pases no se ven  de manera tan fácil, tampoco se siente tan liviana una derrota por más que seas Messi. Justamente el la siente más que muchos, por el solo hecho de ser Messi.

Messi nos tocó y gracias al tiempo que nos tocó. Yo no pude disfrutar a Maradona y seguro vos tampoco si te la pasas mirando rejuntes de youtube. Pero yo puedo ver a Messi en vivo, lo puedo ver ganar y perder, lo puedo ver humano como vos y como yo pero también lo puedo ver siendo el mejor en el presente. No es una construcción del pasado, no es un ideal construido por el inconsciente colectivo de generaciones que no vivimos. Es nuestro, es de nuestra generación. La selección que llegó a la final del mundo es de nuestra generación y me hago cargo de todo lo que ella implica porque esta selección tiene mi edad. 

Años menos años más esta selección es de mi edad y eso hace que me identifique como nunca. Por eso te digo hacete cargo de los sueños de Messi porque también son los tuyos, con la diferencia que solo el tiene la bendita posibilidad de cumplirlos y debe cargar con eso de acá hasta siempre.

Entonces solamente por eso debemos hacernos cargo aunque sea de sus derrotas. 



miércoles, 1 de julio de 2015

Volar para sentirse en el suelo

Pongamos las cosas en claro en este año electoral. El domingo se vota en la ciudad de Buenos Aires. Tres candidatos, tres proyectos (¿Tres o dos?) y tres equipos se postulan para representar a los ciudadanos de CABA. Bien, hasta acá todo claro como el agua que tomas durante una resaca. Pero, como dije unas líneas más arriba, voy a poner las cosas en "claro", que no es lo mismo que poner las cosas como el agua, mejor seria decir: poner las cosas en orden.

Por un lado tenemos a una persona que vació el Pami en la época de Menem. En el medio (¿En el medio?) tenemos a un hombre que no supo redactar  una ley y que hoy anda con personas viejas viieeejas vieeejas que se ve que lo han ayudado con la financiación de su campaña sacando la plata de los fondos del Hospital de Clínicas (http://www.telam.com.ar/notas/201506/110411-jacobiti-amenazas-uba-irregularidades--bercovich.html, disculpen que ponga un link de telam, es que es muy difícil encontrar esta investigación en otros medios más masivos) y por último  tenemos a un hombre que hace poco tuvo que echar a dos empleados de la empresa que lidera por mal desempeño. Sigo, también tenemos por un lado a las personas que dicen que el señor que vació el Pami es lo nuevo de la política, por otro tenemos a los que nos dicen que el señor que utilizó los fondos del Hospital es joven y honesto y por otro tenemos a aquellos otros diciendo que el hombre que maneja las aerolíneas es más de lo mismo y que hay que cambiar. ¿Qué hay que cambiar? Es mi pregunta. Si hay que cambiar en la ciudad entonces cambiemos, no vaya a ser cosa que el señor que vació el Pami siga con el proyecto amarillo que en estos instantes estará cerrando algún que otro centro comunitario de ayuda o tratando de explicar por qué dice que no dice que su proyecto es privatizar las aerolíneas que el otro señor lidera.

No entiendo cuando dicen que hay que cambiar. Porque en la ciudad hace ocho años que venimos con lo mismo ¿Entonces? Por un lado me dicen sigamos con esto, y por otro me dicen cambiemos. Y el que me dice cambiemos (el señor que uso los fondos del Clínicas) resulta que es aliado en las nacionales al partido del señor pelado que vació el Pami en los noventa. ¿Entonces?  Si les hago caso a los dos que me dicen cambiemos, no los voto a ellos.

También, por un lado me dicen que la salud es un desastre pero por otro tengo a dos señores que de diferente manera vaciaron la salud de la ciudad y del país. Y por el otro me dicen que una chica de apellido griego es la nueva cara de la anticorrupción y que gracias a ella se descubrió el caso de corrupción del año, ella, la mujer que solo dio un video privado a la único medio que existe en la Argentina  antes de publicarlo en cualquier red social demostrando su honestidad, su fidelidad a la verdad revelada.

Simplifiquemos: señor pelado que vació el Pami en los noventa, señor con rulos que usa fondos del Clínicas para su campaña y señor enfrentando a la chica griega de grandes siliconas en una batalla sin igual por la honestidad y pulcritud de la empresa que hoy es de todos los argentinos.


A esta altura entonces, creo que necesito volar más alto todavía para sentirme más cerca del suelo.