La provincia, la ciudad, el país.
Todo en manos de un solo color político. Los medios, los privados y los públicos,
también: en manos de un solo color partidario. La policía federal, la bonaerense, gendarmería
y la metropolitana, adivinaste: en manos de una sola fuerza política. Decime ¿Cómo
vamos a controlar que se hagan las cosas bien? Decime, ¿cómo vamos a saber si
se hacen cosas, al menos? Decime si Lanata va a seguir investigando los actos
de corrupción, decime sin Nelson Castro va a analizar la salud mental del nuevo
presidente. Decime, por favor, porque yo no tengo respuestas. Decime por qué querías el cambio en la Nación y no en la
Ciudad que hace ocho y vamos por doce años con los mismo tipos. No supiste
jugar ni siquiera estratégicamente, porque si tanto odiabas a Cristina te tengo
malas noticias: esto la fortalece para volver. ¿Es que no te diste cuenta? Era más
fácil que Daniel se despegara y divida al movimiento a que lo haga la asunción de
Macri.
Pero no me voy a poner profundo
ni aburrido. Solo quiero invitarte a que desde ahora y durante cuatro años
fortalezcas tu posición, cada medida que tome tu candidato es necesario que la
cuestiones si la ves mal o la milites si te parece que esta bien. Te invito a
que en cada mesa discutas y debatas con todos desde el macrismo como yo lo hice
desde el peronismo kirchnerista. Ahora te toca a vos, es así la democracia, eso
es lo lindo de la política. Ahora a mí me toca estar del lado opositor porque sinceramente
sé que Macri no va a gobernar para todos los que yo quiero que gobierne y de la
manera que es necesario gobernar, ni vamos a estar todos juntos y felices
viendo como ellos “se reúnen en paz a tomar el té, comer masas finas y charlar
sobre los problemas del país”. Podemos estar juntos y felices comiendo un asado
pero nunca lo vamos a estar cuando se trate de discutir derechos para los más
excluidos, por ejemplo. No existe ese panorama y nunca va a existir mientras
haya un Macri gobernado un país.
Yo llore en la plaza muchas veces y por varios
motivos: por tristeza, por emoción, por alegría. Espero que vos también puedas
experimentar todo eso que yo experimente. Espero que desde el oficialismo
puedas construir un pensamiento crítico y que puedas aceptar y criticar lo que
se haga mal. Pero acéptalo. Y lo que creas que se haga bien militalo y convenceme
de que se esta haciendo bien. Ahora arranca tu momento, ahora sos oficialista.
Ahora a mí me toca un lugar mucho más cómodo: el de opositor. Ahora mis
argumentos y pensamientos, mi manera de ver la vida y de proyectar un país para
todos los excluidos de un sistema egoísta, esta del otro lado. No vamos a estar
juntos, no vamos a estar abrazados cantando “We are the World”, lamento decírtelo.
Mis amigos que no piensan así, seguirán siendo mis amigos, solo que no vamos a
poder coincidir respecto a las ideas de gobierno sobre un país. No mientras
este Macri sentado en el sillón de presidente. No, no y no.
Espero que esta cambio te
beneficie, te haga más político, más comprometido. Espero que desde ahora esto
te permita comprometerte con la construcción del país como yo lo estuve durante
doce años de mi vida, poniéndole palabras, cuerpo y alma a un proyecto que creía
y creo es el mejor para mi país, con sus errores y virtudes. Pero no esperes nunca
que me sienta en tu vereda. No. No lo voy a hacer. Nunca voy a estar de la
vereda de Macri ni de todos lo que están a sus espaldas. Cada nombre de su
posible gabinete es la representación de los intereses más egoístas de este país.
Te digo con el corazón en la mano: si llego a ver a Macri tomando una medida en
favor de los pobres y excluidos repensare todas mis ideas pero de solo imaginarlo
tomar una medida parecida a la Asignación Universal por Hijo ya comienzo a reírme.
Ni vos lo crees. Pero bueno, ya tendrás tiempo de convencerme, acá empieza otra
historia donde vos sos parte del gobierno que va a llevar a adelante este país.
Yo no, no soy parte ni quiero serlo. Y si puedo profundizar la grieta lo voy a
hacer cosa de no poder cruzarme ni por error. A mis amigos de toda la vida que
estan de aquel lado los seguiré respetando porque ahora sé que van a estar del
lado de la construcción y eso es una gran responsabilidad. Yo durante doce años
lo sentí así, me sentí parte de la construcción del país y cada error o cada acierto
lo hacia mío porque desde mi humilde lugar había trabajado para que así lo sea.
De eso se trata cuando hablamos de un proyecto colectivo, de que uno se sienta involucrado
hasta las entrañas y eso cuando ocurre es para siempre. No hay vuelta atrás.
Así que en hora buena: te doy la bienvenida al
oficialismo. Espero que hagan lo mejor que saben hacer, de la mano del líder que
supieron votar. Poseen todo a su favor: tienen la provincia, la nación y la ciudad
para hacer lo que quieran, así que no hay excusas. Los acuerdos serán fáciles (no
va a estar Cristina para complicarles las cosas) y por eso todo va a ser rápido
y lindo.
Felicitaciones, este triunfo es
tuyo y tuyas serán las derrotas también. Mías no, tuyas. Yo de esta no me hago
cargo así como tampoco me hago cargo del triunfo. Es la primera vez que perder
me sienta bien porque yo perdí al lado de “los negros”, yo perdí al lado de las
madres solteras con hijos, yo perdí con las banderas, yo perdí al lado de los
mas pobres, de los villeros, de los obreros, de los abuelos que no habían podido jubilarse
y pudieron, yo perdí rodeado de pibes y familias que lloraban y se abrazaban
mientras pisaban el pasto de la Plaza de Mayo, yo perdí con los artistas, los científicos
, las abuelas y las madres de pañuelos blancos, yo perdí saltando y cantado, yo
perdí abrazado a mi familia, compañeros y amigos, perdí junto a la otra mitad
del país tan convencida como yo, perdí
bajo el paraguas de la ideología más hermosa del mundo, yo perdí y nunca me sentí
tan acompañado en una derrota como ayer.
Volveremos y seremos millones…pero
mientras, seguiremos construyendo un país más justo desde donde nos toque
construirlo.
Disculpas si esta columna no
tiene el rigor académico que se merece pero hoy: lunes 23 de Noviembre no es mi
cabeza la que escribe, es mi corazón malherido, aunque nunca muerto, el que
quiso gritar su dolor.