Qué espectacular “La Bestia” que
lleva a Obama. ¡¿Y el helicóptero?! Foaaa ¡hasta misiles, tiene! Mirá, mirá se
trae como ochocientas personas, foaaaa. ¿Viste los guardaespaldas? Es como en
las películas.
Como en las películas… Sí, así lo vemos porque
así se muestran. Es una forma de dominar culturalmente. Años y años
invadiéndonos con imágenes e historias. Mostrándonos en pantallas gigantes sus
costumbres. Tanto nos mostraron que hasta creímos que el mundo era así. Que
todos los desayunos deben llevar cereales y que todas las navidades tienen un
Papa Noel vestido de rojo y blanco. No sé si está mal, sólo te digo que es otra
forma de dominar a los países. En Medio Oriente les meten bombas porque no
pueden permear sus costumbres y sus identidades, pero acá en nuestra región
pueden dominarnos de otra forma no sólo más barata sino también más redituable
para sus arcas.
Yo no quiero decir que sus
películas sean malas, ni que sus costumbres sean diabólicas. Para nada, de
hecho soy fanático de muchas de sus películas y de sus actores, no tengo ningún
drama en demostrarlo. Me gustan. Pero soy consciente que son un país
imperialista, y que su único objetivo dentro de su política internacional es
dominar lo que más se pueda. Es construir poder para poder dominar la escena
mundial. Y una de las formas que tienen es librar una batalla cultural. Y esa
batalla es la que se libra todo el tiempo en nuestra región. De a poco vas
mamando esa idea de que ellos nos pueden salvar de todo: de los
extraterrestres, de los terroristas, de los guerrilleros, de nosotros mismos.
Ellos montan escenarios y te los venden y vos te entretenés pero inconscientemente vas haciendo tu propia
película. Entonces pasa esto que vivimos hoy: llega su presidente y nos
sentimos en una película, pero de ellos. Y te enorgulleces porque él vino a
visitarnos, él protagonista principal vino a la casa del latino y lo dignifica.
Y lo peor: el latino se esfuerza para parecerse a él porque cree que
pareciéndose se convertirá en protagonista. Pero no, nunca será protagonista
porque la película no le pertenece.
Hay que tener en cuenta estas
cosas, no todo es tan lindo. Es impresionante su puesta en escena, no lo niego,
pero es eso: una puesta en escena. Nos dicen: “Miren qué importantes son que
venimos nosotros, los protagonistas de la película más taquillera de todos los
tiempos a visitarlos y darles la oportunidad de que actúen en la misma”.
Siempre que un país imperialista
se interese en tu país no será para darte cosas buenas, sino todo lo contrario:
para quitarte tus cosas buenas. Estados Unidos, con Obama o con Donald Trump
seguirá siendo Estados Unidos. Y nosotros Argentina. Con bandera e himno. Ese
himno que no canta Messi y lo criticamos pero cuando acá en nuestra (porque es
nuestra) casa de gobierno ponen mil banderas de otro país no decimos ni “mu”.
Porque nos gusta, porque te gusta sentirte parte de su película. Creés que sos
como ellos. Te agrandas, sentís que sos el James Bond de Latinoamérica. Y la
verdad es que no. No somos ellos. Somos distintos. Somos Argentinos. Y, como
tales, la mejor opción era amigarse con los países que están más cerca, armar
bloques para negociar de igual a igual. Pero no, decidiste que entrar al mundo
es consumir las sobras que nos tire el país que posee al mundo. Es decir:
entrás a su mundo, no al mundo. Y su mundo es como su auto blindado: lo manejan
ellos y sólo entra su presidente. No hay lugar para nadie más.
Así estamos: un presidente de
otro país cerró media ciudad para él. Para filmar su película y que nosotros
con pochoclos lo veamos actuar. Nadie dice nada. Todos obnubilados con “La
Bestia” y las ametralladoras. Y nos olvidamos que este señor preside un país
que vive de los demás países. Y te olvidas que en Bélgica acaban de explotar
dos bombas, que también explotaron en Francia, en Inglaterra, en España. ¿No te
das cuenta? El mundo se despedaza, la UE no tiene ni la más puta idea de cómo
frenar lo que EE.UU. y ellos crearon. La guerra ya está acá: implosionando
desde adentro. Y nosotros ya estamos implicados.
Disfrutá de las películas,
miralas, hacete fan si querès. Pero nunca confundas ficción con realidad,
porque esos misiles que tanto te impresionan en algún lugar están siendo
disparados para matar en pos de mantener el dominio mundial. Y esto no se trata
de ser pro yanqui o anti yanqui; se trata de no perder de vista quiènes somos
nosotros y qué queremos.
Que venga Obama, pero que venga
de visitante. A mirar nuestra película. Con su condición de presidente del país
más importante del mundo pero sabiendo que pisa suelo extranjero.
Deseo que esta peli no termine
como todas las que vi: con ellos ganando.