Hace tiempo que quería escribir
sobre esto pero no sabía cómo. Era demasiado trillado, demasiadas veces lo
escuché o lo leí. También se me hacía muy largo de explicar. Pero hoy escuché y
leí una canción que despertó aquello que siempre estuvo rondando en mi cabeza y que
nunca pude expresarlo de manera clara. Quien la canta, el contexto en el que lo
hace, la música, todo lo relegué y solo me concentré en el tema central: Las
zapatillas.
Son las zapatillas las que
siempre salen en cualquier charla trasnochada, son ellas las que primero salen a relucir
en cualquier argumentación a favor de alguna autoridad moral. “¿Viste las
zapatillas que usan y no tienen ni para comer?” “¿Viste esas minas con esas
zapatillas? Y tiene hijos pidiendo” “ Me apuntó con el fierro y me robó, tenía
unas Nike de las últimas, seguro salen como dos lucas” Frases que escuchamos,
decimos y pensamos cada dos por tres. A mí
siempre me hizo ruido eso de las zapatillas, siempre era un dato que se destacaba
por sobre el resto pero ¿Por qué? No sé bien, pero creo entender. Me acuerdo cuando mis viejos me compraron
unas Nike, se gastaron todo lo que tenían para regalármelas. Las únicas Nike
que tuve, fui feliz. Pero ¿Por qué fui feliz? Porque tenía unas Nike como las
que tenían los pibes del grupo más popular, porque tenía esas zapatillas que me
hacían sentir que pertenecía a un grupo, que no era marginal. Tal vez si
siempre las tuvieron no lo hayan sentido nunca pero yo las tuve una vez cuando
era adolescente (luego compraría alguna otra ya de grande). El tema es esa
edad, una edad en donde buscamos identidad, buscamos que nos acepten, buscamos
agradar, buscamos ser nosotros. Y entonces viene una marca, un mercado que te
dice por lo bajo que si lográs tener determinadas zapatillas serás único como
los demás. Serás vos entre el resto. Y sí, y las queres porque con esas zapatillas
vas a ser vos. Es lo único que querés,
es lo único que necesitas porque esas zapatillas te constituyen como persona,
te dan una identidad, porque es así, porque te dijeron, porque lo sentís,
porque sí. Y tus viejos (si los tenes)
mueven cielo y tierra para comprarlas, para hacerte “feliz”. Y así arranca el
tema porque ya después todos sabemos que de las zapatillas a la remera de marca
hay un paso y conforme vas creciendo van a ser tus búsquedas.
Entonces yo me
pregunto cómo cae el mensaje del mercado en un adolescente que lo único que
tiene son justamente: mensajes. Y todos sabemos que según qué medio ambientemos
serán los mensajes que nos caerán en la mente. Si no tenes nada y el mensaje es
“con estas zapatillas lo tendrás todo, serás respetado, volarás y te destacarás;
serás vos”entonces ese alguien sin nada va a querer ser como "el pibe de las zapatillas", ser como el resto siendo diferente. Por
ahí arranca todo y por ahí también termina.
Ojo, no quiero ser un cliché más ni un mensaje ya manoseado. Solo quería expresar lo pensado, quería tratar de
hacer letras lo que es mensaje por dentro del mensaje. No estoy diciendo que
las zapatillas son malas, tampoco que no compren Nike. Nada de eso, a mí me
gusta Adidas por ejemplo. Quiero decir otra cosa y creo que la dije, creo que
el mensaje está y no necesita más explicaciones.
Al fin y al cabo como dice la
canción: son solo zapatillas.