lunes, 6 de julio de 2015

A los del 84-85-86

Hacete cargo de tu tiempo. Si te toco un Messi hacete cargo y disfruta. A nuestros viejos les tocó un Maradona. A nosotros un Messi. Con sus errores y virtudes hoy, en TU tiempo, es el mejor. Dentro de cuarenta años vas a decir “yo lo vi jugar” orgullosamente, haciéndote el boludo, olvidando todo lo que lo bardeaste. Hacete cargo de TU generación. Hagámonos cargo de lo que nos toca vivir. El pasado tuvimos cosas lindas y malas pero solo este presente nos pertenece. A nuestros viejos les tocó vivir y disfrutar una copa o dos (yo siempre cuento una), bien por ellos. Nosotros no la vivimos y sí la rozamos, bien por nosotros. Disfrutemos de todo lo que nos pasa. Hagámonos cargo de nuestra edad, de nuestros recuerdos, de nuestras derrotas. Porque entonces si salíamos campeones éramos todos campeones pero resulta que perdimos y el único perdedor es un jugador, uno de nuestra generación, de nuestra tiempo y país. Hacete cargo de las derrotas, dejá de esquivarle a las responsabilidades. Si alentaste contra Paraguay y te gustaron los seis goles, hacete cargo de los cero goles. Por una vez en la vida abraza a otro argentino que es mejor que vos. Sí, es mejor que vos y que muchos, que miles y así y todo le toca perder como a todos. ¿Ves? Es humano también. Y si por ahí te gusta ponerle a todo precio, y si te gusta decir que gana mucho entonces alentá por algún financista, por algún tipo que sea el mejor ganando guita. Pero si sos hincha del fútbol hacete cargo de Messi, de la camiseta, de vos. Es fácil mirar todo desde arriba. Así miramos el fútbol, con las cámaras o desde las tribunas, siempre desde arriba. ¿Alguna vez jugaste? Cuando jugas estas a la misma altura y los pases no se ven  de manera tan fácil, tampoco se siente tan liviana una derrota por más que seas Messi. Justamente el la siente más que muchos, por el solo hecho de ser Messi.

Messi nos tocó y gracias al tiempo que nos tocó. Yo no pude disfrutar a Maradona y seguro vos tampoco si te la pasas mirando rejuntes de youtube. Pero yo puedo ver a Messi en vivo, lo puedo ver ganar y perder, lo puedo ver humano como vos y como yo pero también lo puedo ver siendo el mejor en el presente. No es una construcción del pasado, no es un ideal construido por el inconsciente colectivo de generaciones que no vivimos. Es nuestro, es de nuestra generación. La selección que llegó a la final del mundo es de nuestra generación y me hago cargo de todo lo que ella implica porque esta selección tiene mi edad. 

Años menos años más esta selección es de mi edad y eso hace que me identifique como nunca. Por eso te digo hacete cargo de los sueños de Messi porque también son los tuyos, con la diferencia que solo el tiene la bendita posibilidad de cumplirlos y debe cargar con eso de acá hasta siempre.

Entonces solamente por eso debemos hacernos cargo aunque sea de sus derrotas. 



miércoles, 1 de julio de 2015

Volar para sentirse en el suelo

Pongamos las cosas en claro en este año electoral. El domingo se vota en la ciudad de Buenos Aires. Tres candidatos, tres proyectos (¿Tres o dos?) y tres equipos se postulan para representar a los ciudadanos de CABA. Bien, hasta acá todo claro como el agua que tomas durante una resaca. Pero, como dije unas líneas más arriba, voy a poner las cosas en "claro", que no es lo mismo que poner las cosas como el agua, mejor seria decir: poner las cosas en orden.

Por un lado tenemos a una persona que vació el Pami en la época de Menem. En el medio (¿En el medio?) tenemos a un hombre que no supo redactar  una ley y que hoy anda con personas viejas viieeejas vieeejas que se ve que lo han ayudado con la financiación de su campaña sacando la plata de los fondos del Hospital de Clínicas (http://www.telam.com.ar/notas/201506/110411-jacobiti-amenazas-uba-irregularidades--bercovich.html, disculpen que ponga un link de telam, es que es muy difícil encontrar esta investigación en otros medios más masivos) y por último  tenemos a un hombre que hace poco tuvo que echar a dos empleados de la empresa que lidera por mal desempeño. Sigo, también tenemos por un lado a las personas que dicen que el señor que vació el Pami es lo nuevo de la política, por otro tenemos a los que nos dicen que el señor que utilizó los fondos del Hospital es joven y honesto y por otro tenemos a aquellos otros diciendo que el hombre que maneja las aerolíneas es más de lo mismo y que hay que cambiar. ¿Qué hay que cambiar? Es mi pregunta. Si hay que cambiar en la ciudad entonces cambiemos, no vaya a ser cosa que el señor que vació el Pami siga con el proyecto amarillo que en estos instantes estará cerrando algún que otro centro comunitario de ayuda o tratando de explicar por qué dice que no dice que su proyecto es privatizar las aerolíneas que el otro señor lidera.

No entiendo cuando dicen que hay que cambiar. Porque en la ciudad hace ocho años que venimos con lo mismo ¿Entonces? Por un lado me dicen sigamos con esto, y por otro me dicen cambiemos. Y el que me dice cambiemos (el señor que uso los fondos del Clínicas) resulta que es aliado en las nacionales al partido del señor pelado que vació el Pami en los noventa. ¿Entonces?  Si les hago caso a los dos que me dicen cambiemos, no los voto a ellos.

También, por un lado me dicen que la salud es un desastre pero por otro tengo a dos señores que de diferente manera vaciaron la salud de la ciudad y del país. Y por el otro me dicen que una chica de apellido griego es la nueva cara de la anticorrupción y que gracias a ella se descubrió el caso de corrupción del año, ella, la mujer que solo dio un video privado a la único medio que existe en la Argentina  antes de publicarlo en cualquier red social demostrando su honestidad, su fidelidad a la verdad revelada.

Simplifiquemos: señor pelado que vació el Pami en los noventa, señor con rulos que usa fondos del Clínicas para su campaña y señor enfrentando a la chica griega de grandes siliconas en una batalla sin igual por la honestidad y pulcritud de la empresa que hoy es de todos los argentinos.


A esta altura entonces, creo que necesito volar más alto todavía para sentirme más cerca del suelo.