miércoles, 23 de marzo de 2016

Como en las películas

Qué espectacular “La Bestia” que lleva a Obama. ¡¿Y el helicóptero?! Foaaa ¡hasta misiles, tiene! Mirá, mirá se trae como ochocientas personas, foaaaa. ¿Viste los guardaespaldas? Es como en las películas.

Como en las películas… Sí, así lo vemos porque así se muestran. Es una forma de dominar culturalmente. Años y años invadiéndonos con imágenes e historias. Mostrándonos en pantallas gigantes sus costumbres. Tanto nos mostraron que hasta creímos que el mundo era así. Que todos los desayunos deben llevar cereales y que todas las navidades tienen un Papa Noel vestido de rojo y blanco. No sé si está mal, sólo te digo que es otra forma de dominar a los países. En Medio Oriente les meten bombas porque no pueden permear sus costumbres y sus identidades, pero acá en nuestra región pueden dominarnos de otra forma no sólo más barata sino también más redituable para sus arcas.

Yo no quiero decir que sus películas sean malas, ni que sus costumbres sean diabólicas. Para nada, de hecho soy fanático de muchas de sus películas y de sus actores, no tengo ningún drama en demostrarlo. Me gustan. Pero soy consciente que son un país imperialista, y que su único objetivo dentro de su política internacional es dominar lo que más se pueda. Es construir poder para poder dominar la escena mundial. Y una de las formas que tienen es librar una batalla cultural. Y esa batalla es la que se libra todo el tiempo en nuestra región. De a poco vas mamando esa idea de que ellos nos pueden salvar de todo: de los extraterrestres, de los terroristas, de los guerrilleros, de nosotros mismos. Ellos montan escenarios y te los venden y vos te entretenés pero  inconscientemente vas haciendo tu propia película. Entonces pasa esto que vivimos hoy: llega su presidente y nos sentimos en una película, pero de ellos. Y te enorgulleces porque él vino a visitarnos, él protagonista principal vino a la casa del latino y lo dignifica. Y lo peor: el latino se esfuerza para parecerse a él porque cree que pareciéndose se convertirá en protagonista. Pero no, nunca será protagonista porque la película no le pertenece.




Hay que tener en cuenta estas cosas, no todo es tan lindo. Es impresionante su puesta en escena, no lo niego, pero es eso: una puesta en escena. Nos dicen: “Miren qué importantes son que venimos nosotros, los protagonistas de la película más taquillera de todos los tiempos a visitarlos y darles la oportunidad de que actúen en la misma”.

Siempre que un país imperialista se interese en tu país no será para darte cosas buenas, sino todo lo contrario: para quitarte tus cosas buenas. Estados Unidos, con Obama o con Donald Trump seguirá siendo Estados Unidos. Y nosotros Argentina. Con bandera e himno. Ese himno que no canta Messi y lo criticamos pero cuando acá en nuestra (porque es nuestra) casa de gobierno ponen mil banderas de otro país no decimos ni “mu”. Porque nos gusta, porque te gusta sentirte parte de su película. Creés que sos como ellos. Te agrandas, sentís que sos el James Bond de Latinoamérica. Y la verdad es que no. No somos ellos. Somos distintos. Somos Argentinos. Y, como tales, la mejor opción era amigarse con los países que están más cerca, armar bloques para negociar de igual a igual. Pero no, decidiste que entrar al mundo es consumir las sobras que nos tire el país que posee al mundo. Es decir: entrás a su mundo, no al mundo. Y su mundo es como su auto blindado: lo manejan ellos y sólo entra su presidente. No hay lugar para nadie más.

Así estamos: un presidente de otro país cerró media ciudad para él. Para filmar su película y que nosotros con pochoclos lo veamos actuar. Nadie dice nada. Todos obnubilados con “La Bestia” y las ametralladoras. Y nos olvidamos que este señor preside un país que vive de los demás países. Y te olvidas que en Bélgica acaban de explotar dos bombas, que también explotaron en Francia, en Inglaterra, en España. ¿No te das cuenta? El mundo se despedaza, la UE no tiene ni la más puta idea de cómo frenar lo que EE.UU. y ellos crearon. La guerra ya está acá: implosionando desde adentro. Y nosotros ya estamos implicados.

Disfrutá de las películas, miralas, hacete fan si querès. Pero nunca confundas ficción con realidad, porque esos misiles que tanto te impresionan en algún lugar están siendo disparados para matar en pos de mantener el dominio mundial. Y esto no se trata de ser pro yanqui o anti yanqui; se trata de no perder de vista quiènes somos nosotros y qué queremos.

Que venga Obama, pero que venga de visitante. A mirar nuestra película. Con su condición de presidente del país más importante del mundo pero sabiendo que pisa suelo extranjero.

Deseo que esta peli no termine como todas las que vi: con ellos ganando.





No hay comentarios:

Publicar un comentario