viernes, 8 de enero de 2016

El señor de bien.

- Ahora si que estoy tranquilo. Todas las mañanas tomo mi café con medialunas mirando las noticias… ¡Que placer! ¡Ni una noticia de esas que estorban! Porque gracias al esfuerzo de ciudadanos respetables como nosotros se ha logrado terminar con los delitos. Tengo mi casa rodeada de cámaras otorgadas por el estado y la policía, ellos están las 24 hs vigilando nuestros movimientos, colaboran también: la patrulla control de manzanas, la de control de cuadras, la de control de negocios y mi guardia personal en la puerta de mi casa. A los chicos los llevan a la escuela cuatro guardaespaldas y por supuesto con autoridad para matar a quien resulte sospechoso. Gracias al cielo todos poseemos armas y todos podemos disparar a cualquiera que nos venga a molestar ya que puede ser un delincuente. ¡Esto si que es vivir seguro y cómodo! En los lugares públicos colocaron cámaras de ultima tecnología para vigilar a los posibles delincuentes, todos nuestros datos son enviados a la secretaria de seguridad nacional que se encarga de señalar de acuerdo a sus propios criterios, quien puede ser un delincuente y así detenerlo. Ayer, precisamente se llevaron a mi vecino, parece que lo vieron en actitud sospechosa. Menos mal, un delincuente menos. Yo por mi parte la semana pasada me deshice de un tipo que me paro en la calle preguntándome por una dirección, no me gustó su aspecto, no me producía confianza así que lo liquidé. ¡Hasta una medalla me dieron!, ahí la tengo encuadrada sobre la pared central de mi oficina. Así sí se puede vivir, y menos mal que logramos controlar la natalidad. La secretaria se encarga de decidir quienes deben nacer y vivir y quienes no. Eso es genial porque así los posibles delincuentes ni siquiera nacen y nos ahorramos muchos disgustos. El sistema de vigilancia de los colegios es de lo mas avanzado, cada pupitre tiene una cámara que sigue lo que escriben nuestros hijos, no vaya a ser cosa que alguno nos salga medio loquito revolucionario, y cada aula cuenta con cámaras de visión general; también todos los sectores del edificio cuentan con una de la mas alta tecnología. Lo mejor de todo es la obligación de que todos los ciudadanos sigan solo las costumbres de nosotros, los de buenas costumbres. Hay que escuchar nuestra música, leer nuestros libros y vestirse como nosotros. Nadie quiere parecerse a un delincuente, así que todos gustosos acatamos las órdenes. Los valores y la cultura debe ser la nuestra, todo lo demás representa delincuencia o rebeldía y eso a una buena sociedad no le hace nada bien. Por eso todos seguimos el lema de nuestra Nación ejemplar: “Control y vigilancia”. Ahora estamos seguros, este es otro país, es un ejemplo para todos. Porque a los que robaron, mataron y delinquieron en todas sus formas los eliminamos y ahora ya no hay más de esos. Ahora estamos todos vigilados, controlados y armados por las dudas de que esas hordas aparezcan de nuevo. Gracias al cielo a los que no llegaban a tener los mismos ingresos que nosotros el Gobierno los envió a la Luna y santo remedio, porque si no tienen los mismos ingresos de seguro delinquen para tenerlos y si queremos una sociedad segura debemos impedir esto. Así que acá me ven, comiendo mis medialunas, en mi cómodo sillón, tomando  café mientras leo las noticias que siempre quise leer. La ciudad es nuestra, que digo la ciudad: ¡El País!.
Por otro lado, mi jefe me paga lo que corresponde: lo establecido por la Secretaria de Seguridad y no me quejo porque según los artículos de la constitución de la seguridad aquel que pide mejores condiciones de vida es considerado sospechoso de delincuencia. La educación es otro punto a favor, en las escuelas y universidades enseñan los buenos valores de nuestra sociedad y así todos entienden que siguiendo las normas impuestas por la Secretaria de Seguridad Nacional estamos contribuyendo a la grandeza del país. Cada uno está destinado a ocupar un cargo con posibilidades de avanzar, obvio, hasta donde la Secretaria lo disponga. A veces no se puede avanzar mas de la cuenta porque hay lugares ya reservados para gente mas capacitada. Y así vivimos, tranquilos, relajados, sabiendo que somos independientes de pensamiento y acciones porque este señores: es un país libre y civilizado, donde reina la paz y seguridad. Disculpen, suena mi teléfono.

- Hola, si el habla… ¡¿Cómo?!...¡Eso es imposible!, ¿Sabe quien soy yo? Esta bien, me calmo…Espero su llamado inmediatamente para que me explique esta situación inadmisible. Adiós.

¡Que país de mierda!, acaban de detener a mi hijo porque alguien lo vio sospechoso de algo… ¡Esto es increíble!..¡Mi hijo! ¡Mi hijo! Es imposible. Este país se va al tacho, ya se los anticipo.
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario