Ustedes si no son arqueros nunca
van a sentir lo que es atajar un penal. Pueden sentir lo que es hacer un gol
pero atajar un penal si no sos arquero de ley no lo vas a sentir. Ojo, el
arquero tampoco siente con la misma
intensidad hacer un gol porque su gol es atajar un penal. Por eso cuando nos
cobran un penal en contra sufrimos la siguiente contradicción de sentimientos:
por un lado nos lamentamos pero por otro lo estábamos deseando, porque será ese
el momento en que tenemos la posibilidad de demostrar en un instante que podemos
tragarnos el grito sagrado. Ahorcamos esa palabra, nos engrandecemos con el
llanto, con el lamento de ese jugador que nos mira sin ver. Y muchos, casi la mayoría
le pegan al delantero por “haber pateado mal” algo de verdad puede tener este
señalamiento pero no es del todo cierto. Un penal bien pateado es gol, dicen,
pero un arquero bien posicionado puede atajar ese penal bien pateado. Si
tenemos un partido malo en el fondo, muy en el fondo por ahí nos decimos “ojala
nos cobren un penal asi tengo la posibilidad de redimirme, total ya estoy
jugado”. Porque es con esa única jugada que tenemos la oportunidad de sentir
por un instante ese consquilleo en las piernas, esa sensación gloriosa de ser
mas grande que el grito de gol. Sí, señores y señoras nosotros, los arqueros
podemos ser más grande que ese grito universal porque lo acallamos, lo hacemos
pedazos con un solo movimiento. Eso se siente atajar un penal. Te quedas con lo
seguro, sos la molestia universal, el que se queda con el fundamento de este
juego glorioso y eso no es poco. ¿Cuántos arqueros han hecho salir campeones a
sus equipos con un penal o dos atajados? grandes arqueros y pequeños también, todos cuentan con esa posibilidad. El puesto es ingrato la mayoría de las veces pero
qué lindo es cuando el puesto te hace un guiño.
La sensación de atajar un penal es la
contracara de hacer un gol y por eso se parecen tanto. Es un instante donde
confluye la técnica, la improvisación, los reflejos, el presentimiento, la
personalidad y la estampa…todo se une en un solo acto: atajar el penal.
Y es más, situaciones cotidianas de la vida puede ser parecidas a atajar un penal y tal vez si pasas por estas podes arrimarte a la sensación que trato de explicarte, por ejemplo:
Tener un hijo arquero si sos arquero: es atajar un penal.
Tener un hijo arquero: es atajar un penal también
Recibir un premio y rechazarlo: es atajar un penal
Lograr que las milanesas te salgan igual a las de tu vieja: es atajar un penal
Clavar un cuatro sin estudiar en un parcial o prueba y con eso aprobar la materia: es atajar un penal
Que la chica que todos desean deje a su novio por vos: es atajar un penal
Escribir una columna en un blog un viernes: es atajar un penal
Leer esta columna un viernes : es atajar un penal
Tener la razón cuando nadie esperaba que la tengas: es atajar un penal
Hacer un gol: es atajar un penal
Decir "Etc" cuando nadie quiere que lo digas: es atajar un penal
Etc...
Y sí amigos y amigas, dicen que
en este vida hay que escribir un libro, plantar un árbol, tener un hijo…yo solo
les diría que para sentirse vivos solo tienen que atajar un penal y entonces me
van a entender. Yo ataje uno, en cancha chica, con los pies….sin estadio, sin
hinchada pero les cerré el orto a varios, al menos por ese instante…un instante
tan intenso como cuando nacemos.
Saludos desde los tres palos.
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