viernes, 5 de diciembre de 2014

Atajar un penal


Ustedes si no son arqueros nunca van a sentir lo que es atajar un penal. Pueden sentir lo que es hacer un gol pero atajar un penal si no sos arquero de ley no lo vas a sentir. Ojo, el arquero tampoco siente con la  misma intensidad hacer un gol porque su gol es atajar un penal. Por eso cuando nos cobran un penal en contra sufrimos la siguiente contradicción de sentimientos: por un lado nos lamentamos pero por otro lo estábamos deseando, porque será ese el momento en que tenemos la posibilidad de demostrar en un instante que podemos tragarnos el grito sagrado. Ahorcamos esa palabra, nos engrandecemos con el llanto, con el lamento de ese jugador que nos mira sin ver. Y muchos, casi la mayoría le pegan al delantero por “haber pateado mal” algo de verdad puede tener este señalamiento pero no es del todo cierto. Un penal bien pateado es gol, dicen, pero un arquero bien posicionado puede atajar ese penal bien pateado. Si tenemos un partido malo en el fondo, muy en el fondo por ahí nos decimos “ojala nos cobren un penal asi tengo la posibilidad de redimirme, total ya estoy jugado”. Porque es con esa única jugada que tenemos la oportunidad de sentir por un instante ese consquilleo en las piernas, esa sensación gloriosa de ser mas grande que el grito de gol. Sí, señores y señoras nosotros, los arqueros podemos ser más grande que ese grito universal porque lo acallamos, lo hacemos pedazos con un solo movimiento. Eso se siente atajar un penal. Te quedas con lo seguro, sos la molestia universal, el que se queda con el fundamento de este juego glorioso y eso no es poco. ¿Cuántos arqueros han hecho salir campeones a sus equipos con un penal o dos atajados? grandes arqueros y pequeños también, todos cuentan con esa posibilidad. El puesto es ingrato la mayoría de las veces pero qué lindo es cuando el puesto te hace un guiño.
 La sensación de atajar un penal es la contracara de hacer un gol y por eso se parecen tanto. Es un instante donde confluye la técnica, la improvisación, los reflejos, el presentimiento, la personalidad y la estampa…todo se une en un solo acto: atajar el penal.
Y es más, situaciones cotidianas de la vida puede ser parecidas a atajar un penal y tal vez si pasas por estas podes arrimarte a la sensación que trato de explicarte, por ejemplo:

Tener un hijo arquero si sos arquero: es atajar un penal.

Tener un hijo arquero: es atajar un penal también

Recibir un premio y rechazarlo: es atajar un penal

Lograr que las milanesas te salgan igual a las de tu vieja: es atajar un penal

Clavar un cuatro sin estudiar en un parcial o prueba y con eso aprobar la materia: es atajar un penal

Que la chica que todos desean deje a su novio por vos: es atajar un penal

Escribir una columna en un blog un viernes: es atajar un penal

Leer esta columna un viernes : es atajar un penal

Tener la razón cuando nadie esperaba que la tengas: es atajar un penal

Hacer un gol: es atajar un penal

Decir "Etc" cuando nadie quiere que lo digas: es atajar un penal

Etc...



Y sí amigos y amigas, dicen que en este vida hay que escribir un libro, plantar un árbol, tener un hijo…yo solo les diría que para sentirse vivos solo tienen que atajar un penal y entonces me van a entender. Yo ataje uno, en cancha chica, con los pies….sin estadio, sin hinchada pero les cerré el orto a varios, al menos por ese instante…un instante tan intenso como cuando nacemos.


Saludos desde los tres palos.

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