martes, 9 de enero de 2018

Correte Castaña

Correte Cacho, correte que no dejas ver el futuro. Correte, por favor te lo pido. Salí de adelante que no me dejas ver la más importante revolución de la que somos parte. Salí de ahí que por más años que tengas no sos de vidrio. Hace años que atrasas. Vos y los que te dan cámara. Córranse todos los que piensen como el, porque quieran verlo o no estamos frente a un nuevo rumbo. Al fin.

Y también me tengo que correr yo, como hombre, porque esto pertenece a las mujeres. El cambio más radical lo están logrando ellas en tiempos neoliberales dónde las garantías de libertad para todxs están tan amenazadas, ellas llegan al punto de su revolución en dónde ya no hay vuelta atrás. Desde hace miles de años trabajan para lograr lo que están logrando. Entonces yo me tengo que correr, y desde este lugar tengo que decirle a los jóvenes que ese señor es el ejemplo del tiempo que estamos dejando atrás.

Castaña es un conjunto de huesos amarillos y quebradizos de un tiempo que estamos sabiendo superar. Castaña es el padre de todas esas frases que representan a un hombre impune de un tiempo arcaico. Castaña es el olor a naftalina que sentimos en el placard de la historia.
Castaña hablando creyendo que sigue teniendo la misma impunidad de aquellos tiempos pero en este tiempo es de lo más agradable que me tocó vivir. Tengo treinta y un años y puedo ver como los fósiles de la historia humana por fin se vuelven fósiles. Por fin están en el lugar que les corresponden estar.

Pero falta. Falta mucho todavía. Falta por ejemplo que la televisión argentina deje de ser tan chupamedias de los fósiles. Que se entreguen a los nuevos tiempos. Que promulguen los nuevos mensajes. Que sea parte de toda esta revolución. La edad no te da impunidad. Ser viejo y famoso no te hace menos consciente de que algo está cambiando.

“Tengo  setenta y cinco años, gil” le dijo Castaña a un panelista que tibiamente expresó su desconforme con la frase. ¿Y? A mi qué me importa si tenes setenta y cinco o mil años cuando sos un tremendo caso de machismo puro y duro. Ser viejo no te hace impune. "Dije un refrán antiguo", agrega después. Sí, un refrán que fue creado por un contexto machista y que ahora no cuadra, como vos. Estoy cansado de esos viejos que se creen que se las saben todas cuando no saben nada. No sabes nada Castaña. ¿Qué sabes? Decime qué valores tenés. No sabes nada. Hace veinte años que lo único que contas es tu aventura con Susana Gimenez, dejate de joder. ¿Esa es tu triste vida? ¿y vos nos decís "gil" a nosotrxs? 

No es casualidad que hoy los viejos genocidas estén gozando prisiones domiciliarias mientras un tipo como Castaña pide por la vuelta de la colimba. Sí, hay un gobierno que da lugar a todas estas expresiones pero no van a vencer porque el tiempo está de nuestro lado. Y el tiempo todo lo vence. Nosotrxs tenemos el futuro entre manos. Ellxs el pasado. Nosotrxs estamos transformando el presente. Los viejos se van a morir por más jóvenes que sean. Porque lo joven no se ve en el cuerpo.

Pero hay que seguir cambiando cosas, porque el machismo es un todo. Porque es la base de nuestra forma de vivir. Se trata de modificar esa base, crear otra nueva. Aprender a mirar de nuevo. En ese camino el hechizo se rompe: los que antes eran visto como dioses con los lentes de hoy se ven como lo que verdaderamente son: bestias amorfas. Claro, es todo un trauma que algunxs tendrán que superar...o negar. Y así vamos aprendiendo a mirar de nuevo. Los hombres empezamos a estar incómodos en nuestro lugar, entonces: ¡bienvenida la incomodidad! 

Desde acá, desde mi lugar como hombre de treinta y un años le digo al señor ese gordo y viejo ya, que se corra, que deje pasar a los hombres que venimos desde acá, desde este tiempo. Si quiere puede escucharnos, podemos charlar. Porque lxs jóvenes no necesitan el orden de los viejos como usted, señor Castaña. Lxs jóvenes necesitan el espacio que viejos como usted le están negando. Hágase a un lado, haga el favor, que hombres como usted fueron parte de una moda decadente.

Estoy orgulloso de pertenecer a este tiempo y estar del lado de los que se preguntan cosas, de los que quieren modificar usos y costumbres que hacen mal. Y seguiré buscando cambiar y modificando  aquellos pasos mal aprendidos. Viendo de qué manera desde mí lugar como hombre seguir modificando algo, un poquito al menos ciertas cosas. Córranse todos los hombres que no piensen igual y no quieran resignar privilegios que no nos pertenecen. Aceptemos que los derechos se comparten en iguales proporciones.


Correte Castaña, estas opacando el brillo del futuro.


No hay comentarios:

Publicar un comentario