Tengo la idea de que una buena
obra de arte se distingue del resto porque te hace sentir algo. No importa qué,
sino que sientas. Puede ser odio, vergüenza, tristeza, alegría, amor,
excitación, felicidad; cualquier sensación en tu cuerpo. Sentir creo yo, es el más
importante aporte del arte en nuestra vida. Una novela, una película, una
pintura, una obra de teatro, una foto, un baile, son todas expresiones
artísticas que nos provocan sentimientos. El arte es el canal de comunicación más
auténtico que tenemos.
Una buena obra de arte debe hacer que nos
preguntemos por todas esas cosas que
sentimos como humanos, nos debe dejar pensando en el amor, en el deseo, en el
odio, los prejuicios, la felicidad, la amistad, la muerte y la vida. Una obra
de arte debe provocarte ganas de vivir. Nunca una buena obra de arte puede
provocar lo contrario. Porque el arte tiene que hacer vivir.
Los humanos fuimos cambiando en
muchos aspectos pero siempre fuimos evolucionando, para bien o para mal: lo
hacemos, evolucionamos todo el tiempo. Evolucionamos en la creación de nuevas
armas para la guerra y en la creación de nuevas medidas políticas de
distribución para los que más tienen, pero también evolucionamos en la búsqueda
de nuevos antídotos para nuevas enfermedades y en las formas de luchar contra
la mala distribución de la comida y los ingresos; evolucionamos en la forma de
comer pero también en las formas de morir por la falta de comida. Lo hicimos con las formas de
comunicación: hoy estamos más comunicados y conectados que nunca. Pero también,
en cierta forma, un poco más desconectados. En este proceso evolutivo hemos
dejado un poco atrás la conexión entre nosotros como personas. La comunicación
a través de los sentimientos. Estamos algo distanciados de nuestros cuerpos con
respecto a los otros cuerpos, en el sentido del cuerpo que puedo tocar y
sentir. Por eso necesitamos arte, porque es por medio de él que nos conectamos
en otro nivel más allá de las comunicaciones evolucionadas, que no están mal
pero a las que debemos complementar.
Todos estos pensamientos me los
disparó una serie llamada SENSE8. La cual hace foco sobre la conexión entre
nosotros a través de lo que sentimos. Y en base a eso navega por temas como la
igualdad de género, la violencia machista, la soledad, las dudas que tenemos
como humanos, la delgada línea por donde transita la vida, el sexo como
lenguaje universal y sobre las preguntas que se disparan después de preguntarnos:
¿Por qué estamos acá?. Se detiene precisamente sobre amor más allá del género, el
amor más allá de todo. El amor como el sentimiento más valioso que tenemos los
seres humanos. Me hizo repensar en la cantidad de prejuicios que tenemos o
tuvimos, en esa forma tan espantosa de cubrirnos para no sufrir, en ese disfraz
que nos ponemos para no sentir demasiado. Pensé en esas personas tan valientes
que se animan a decir: yo amo a este otro más allá de lo que la sociedad me
venda como amor. En ese concepto enlatado de amar que aprendemos de chicos.
Pero también pensé en la capacidad que tenemos para liberarnos y sentir que
podemos salirnos de ahí, de ese lugar cerrado y vacío. Salir y conectarnos con
los demás. Salir y pensarnos diferentes. Porque somos diferentes pero a la vez
iguales. Sentimos, ¡claro que sentimos! Solo que algunos disfrazan los
sentimientos más nobles con culpas, rencores, complejos y estereotipos por
vergüenza, represión o porque no saben lo que les pasa.
No necesitamos vivir una vida de
determinada manera, solo debemos querer vivirla con todo lo que ello implica y
saber y ser conscientes de que hacer uso de nuestra libertad para elegir no
solo nos hace madurar sino también mejores personas.
En estos tiempos difíciles para
el mundo, encontrarse con una obra de arte de esta magnitud es una grata
sorpresa. Vivimos gran parte de nuestros días navegando sobre la superficie de
distintas realidades pero es bueno sumergirse en lo profundo de ellas para
poder pensar con más claridad. Es bueno conectarse con otro desde otro lugar,
desde lo sentimientos. Conectarnos a través de lazos más sensibles. Sentir lo
que siente el otro y que el otro pueda sentir lo que nosotros sentimos. Ver, oír
y oler lo mismo que nuestro par y a su vez: intercambiar capacidades y
cualidades para ayudarnos mutuamente. Compartir miedos. Hablar. Tratar de comprender,
de entender. Respetar y respetarnos. De
todo eso se trata SENSE8.
Sentir que te ahogas bajo las
aguas de un océano profundo y en el instante preciso que vas a morir darte
cuenta de que siempre estuviste respirando. De eso se trata el arte.
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