lunes, 28 de octubre de 2024

RUFINA

 1

Rufina descansa recostada en un sillón. La brisa del verano despeina los pelos de su lomo. Ayer sufrió la segunda punción en el pulmón. Se le llenaron más rápido que la última vez. Ahora se lame el pecho de blanco radiante. Pasa su lengua por cada centímetro de su cuerpo con dedicación, cada pelo debe transformarse en un hilo de seda. El balcón es su lugar favorito, desde allí domina el mundo con una sola mirada. Una vez que termina de bañarse, apoya su cabeza sobre sus patas delanteras, cierra los párpados y se duerme. 

Una pelusa se desprende y vuela al cielo.

2

Un ficus rosado. Tiene un metro y medio de alto. Las chicas del vivero lo ayudan a poner el sobrecito con las cenizas. Elige una maceta color rosa viejo. 

Ella era distinguida, dice.

Yo tengo a la mía en un jazmín de verano. Le comenta una de las chicas mientras acomoda la tierra con oficio. La blancura de sus manos resalta entre lo oscuro del sustrato. Un dialogo silencioso entre ella y la planta se refleja en la armonía de sus movimientos.

No quiero que te vayas. Le dijo esa mañana y la alzó sobre su pecho. Ella emitió un leve quejido y empezó a ronronear. No lo había dicho hasta ese momento, lo había pensado, sí, pero nunca lo había puesto en palabras sonantes y ruidosas. Sintió el alivio que se siente al hablar sobre algo difícil. 

En la oficina la asamblea de trabajadores lo distrae, como también la reunión con la directora y el llanto de una compañera. Los ruidos disonantes de la avenida se mezclan con los gritos desesperados de cientos. El calor es agobiante, el asfalto es lava de un volcán que aún no ha dado su máxima explosión.

Ahora, con movimientos mecánicos, acomoda la maceta al lado de la ventana.  Por la noche lo definitivo de la muerte lo sorprende. La ausencia voraz lo deglute. No existen velorios ni ceremonias, no hay instituciones preparadas para el tratamiento de los restos animales que quisimos. Hay que inventarse las formas. Cultivar nuevos duelos.

3

Llega en una transportadora de mascotas. Los ojos verdes enormes y asustados. Cautelosa, primero asoma el cuello como un dragón chiquito, después el resto del cuerpo. Tiene los pelos grises y blancos sucios y la panza hinchada. 

Es que tuvo hijitos. Le explica la chica que la trajo. Tiene el pelo largo, rubio y despeinado. También unas ojeras forman un antifaz alrededor de los ojos. Sus zapatillas están llenas de barro.

¿Y dónde están? Pregunta Sentencio.

El frío, no soportaron. Se llama Rufina. 

Ella aprovecha un segundo de distracción y se mueve fugaz abajo del sillón. 

Es normal. Al principio siempre tienen miedo, son desconfiados. 

Sentencio le ofrece algo de tomar, pero la chica no acepta, esta apurada, se tiene que ir a un rescate de unos cachorros en una colonia en la villa 1-11-14. Le da un abrazo y le dice gracias. Es pragmática en su hacer, como una médica en urgencias.

Cuando quedan solos, Sentencio se recuesta en el piso. Cincuenta miligramos por día de sertralina es la receta que le permite mantener una línea de tiempo ordenada, un pensamiento enfocado, un motivo para levantarse todos los días. Afuera los hospitales tienen grietas, las paredes de las escuelas empiezan a descascararse, los quejidos de algo a punto de derrumbarse retumban por las noches. En poco tiempo los techos serán milagros disfrazando condenas. El país se siente extranjero, le quedan pocas banderas de donde sostenerse, si decidió ser delegado fue porque consideró que era la única salida, pero está agotado, la calle ya no genera las respuestas que en una época generaba. Quiere creer que tiene esperanzas, que todavía le queda fe. Y encima ahora, son dos bajo el mismo techo. Se duerme como un desmayo.

Cuando despierta una carita mofletuda lo enfrenta, los bigotes se agitan brevemente, algo dice. El pecho, unas horas antes contraído en un puño adormecido, ahora se abre dejando un hueco blando. Rufina se acomoda adentro y vibra una canción. Sentencio siente algodones.



4

Necesita un segundo nombre, uno que sea de esta casa, de este tiempo.

Una noche, como todas las noches, ella salta sobre la cama con su arañita de peluche en la boca. Maúlla gritando victoria y deja su ofrenda sobre sus piernas. Afuera llueve como el día en que la encontraron, hace frío y la ciudad no parece mejor que antes. Las calles empiezan a oler a desamparo. En el horizonte de edificios una niebla oscura avanza. Una guerra tal vez. En su habitación los ojos de Rufina resplandecen como dos estrellas.  

"La de ojos brillantes", le decían a la Diosa de la sabiduría, la estrategia y la justicia. 

Rufina Atenea será. 


5

La arañita de peluche color celeste y amarilla es un tatuaje. Se lo hace en el antebrazo, del lado de adentro. Formas de hacer presente una ausencia. La creación como lenguaje para habitar lo invisible. El resultado de la alquimia entre ronroneos y palabras. Un nuevo lenguaje para un mundo viejo. Sentencio observa su humanidad desde la animalidad de Rufina y lo que ve lo convierte en alguien diferente, mejor tal vez. Su ausencia reciente no es más que otra forma de habitar los espacios.

El tatuaje no es un dibujo en la piel. Es un diálogo en otro idioma. Un gesto que permite dejar abierta la posibilidad de que Rufina vuelva.

6

Los cimientos de la ciudad crujen bajo sus pies. Algo va a romperse en cualquier momento. Las paredes con grietas y remiendos son tantas como las personas en el suelo. Pero Sentencio ahora tiene un objetivo. En el subte camino al trabajo saca de su bolsillo un bigote y lo deja sobre la espalda de un hombre, después deposita una pelusa en los rulos rubios de una señora, más adelante mete otro bigote en el bolsillo del guardapolvo de un nene. El humano subestima el poder de lo diminuto, no se da cuenta de que el mundo se construye por el ensamble de lo ínfimo. ¿Dará resultado? no sabe, la muerte es detallista y en los detalles vive Dios, aunque para él es una Diosa. 




lunes, 15 de julio de 2024

¿Qué prefieren?

 

¿Qué prefieren un campeonato internacional de su equipo o uno de la Selección Argentina?

Depende lo que respondas estas palabras te afectarán de manera diferente.

Hace muchos años que como país vivimos en una sociedad cuyos puentes de solidaridad están cuasi dinamitados. Pero que también es una sociedad que desde el diez de Julio del 2021 viene siendo feliz muy de vez en cuando y principalmente gracias a la selección nacional. Hace tres años que nos permitimos experimentar la sensación de un sueño cumplido y eso en un país donde para que se te cumpla algo hay que hacer malabares de todo tipo, es sumamente valioso.

Esta selección en los últimos tres años nos hizo festejar cuatro veces y en grande, logrando lo que pocos logran: que desde Ushuaia a la Quiaca nos reconozcamos en la felicidad. Claro entonces que a mí no me importa si mi equipo gana algo si en la balanza se encuentra la alegría nacional. No deberían existir dudas de esto porque estamos hablando de una alegría en un entorno de múltiples tristezas.

En una copa donde lo que menos existió por parte de la organización fue el amor por el fútbol como deporte en sí mismo, unos tipos de celeste y blanco hicieron lo que mejor saben hacer: ser argentinos. Logrando que el juego se sobreponga a todas las estupideces fabricadas para vender un espectáculo vacío.

Toda la mística, toda la impronta de un argentino remando en dulce de leche la tienen estos muchachos. Y sí, voy a ser obsecuente de esta selección porque me dio cuatro motivos para festejar fuera de mi casa, porque cada vez que salí a la calle durante los últimos ocho años fue para defender derechos, buscar esperanza, gritar injusticias. Porque estoy cansado de ver a mi pueblo sufrir, buscar soluciones, esperar en vano milagros de un gobierno que no los va a provocar. Estoy cansado de verlos perdidos entre pares como si no pertenecieran al mismo pueblo. Por eso cuando veo al pueblo abrazarse me emociono porque ese es el país que quiero. Empoderado arriba de una alegría.

Elegir a tu equipo por sobre un logro colectivo nacional es parte de lo que algunos aún quieren. Elegir tu historia, tu alegría junto a la de unos pocos nos destruye como sociedad y nos transforma en islas separadas sin conexión alguna.

Podes decir lo que quieras de cada jugador, de sus modos de vida, de sus no declaraciones, pero es en sus logros y en la actitud que tomes hacia ellos donde se ve la verdadera posibilidad de cambio. A veces no importa quien fabrique el hacha, sino que se hace con la misma.

La bandera argentina no se mancha, la bandera argentina se elige siempre porque es nuestro último techo para resguardarnos en caso de tormentas destructivas. 

Termino de escribir esto en medio de los escombros de una guerra que acaba de comenzar, pero con la satisfacción de ser bicampeon de América nacido en un país donde el fútbol es parte constitutiva de nuestra humanidad. 




sábado, 10 de diciembre de 2022

El fantasma de Messi


“Te guste o no te guste somos el nuevo rock and roll” 

Messi con el paso del tiempo fue perfeccionando su juego sin pelota hasta convertirse en una ausencia presente entre sus rivales provocándoles una contradicción infernal: tienen que marcar a alguien que no está, pero está. De esta manera cada vez que aparece provoca un estupor paralizante del cual siempre se sale tarde y con un gol en contra. Ahora, si encima a su fútbol espectral le suma una humanidad que toma partido ante los poderosos, que discute, que dice “bobo” y que abandona las “s” en cada frase entonces muta a bestia y a las bestias se las persigue y se las mata, sobre todo si esa bestia encarna la felicidad de su pueblo porque un pueblo feliz recupera la fe en sí mismo y eso es peligroso.

 ¿Y cuándo un pueblo recupera la fe?

Cuando el héroe/santo/dios al que todos le rezan, se transforma en alguien que puede morir. Cuando lo extraordinario va a compartir la propia tierra donde vamos a ser enterrados, transformándose en símbolo de sostén de aquellos que siempre están cayendo. Eso fue (es) Maradona y ahora Messi: hijos de una dialéctica silenciosa y llena de contradicciones entre el deportista y un pueblo que busca creer en sí mismo. Un pueblo hoy desmembrado en miles de partículas individuales buscando subsistir dentro de su propia individualidad. Donde las demandas populares flotan (aún) sobre mares de indiferencia colectiva. Entonces llega el mundial y con él esta selección que unifica la alegría de los olvidados frente al odio de los de siempre. Es que ya no se trata de un mundial, ahora es una cuestión de identidad popular donde no se juega por la copa, sino por defender al barro de la patria en territorio propio y extranjero. 

Somos el fantasma de Messi rondando sus defensas, la vulgaridad bestial que nubla sus cielos, el pase gol que no esperan porque nos creen controlados.

Mejor, que así sea.



 


domingo, 1 de julio de 2018

La última trinchera



Generalmente, no siempre: aquellas personas que te dicen que la guita no importa o la ropa tampoco son personas que tienen las dos cosas o pueden prescindir de ellas porque pueden volver a conseguirlas. Son contados los casos contrarios.

Con la selección pasa algo parecido. Podemos pedir la renuncia del mejor de todos porque lo tenemos, porque podemos prescindir de el por el solo hecho de tenerlo. Uno puede hacer dieta porque tiene para comer.  

Con los jugadores de esta selección, con esta generación pasa igual: los pueden criticar todo el tiempo por tres finales jugadas (no digo perdidas porque hay que jugarlas como primera medida) porque los tenemos. Porque no están en otra selección.

Esta generación a la que sigo desde que tienen y tengo dieciocho años, me enseñó que jugar una final es un privilegio de unos pocos. Y un mundial: es un privilegio de los menos. Desde el año noventa y tres yo me había acostumbrado a pensar en la selección como un puesto menor. “En la selección siempre se pierde” pensaba. Me había acostumbrado a pensar en llegar hasta dónde se pueda. Pero a partir de “Messi y sus amigos” empecé a pensar en que no podía existir otra cosa más que las finales. Y eso, esa sensación de triunfo siempre que salía la selección a la cancha no vino de la nada, fue traída por estos jugadores. Y vos el de la panza hinchada de birra, el que se sienta en un sillón a mirar los partidos desde la perspectiva que te da una imagen tomada desde arriba, vos que no entendes lo que es tener una marca cuerpo a cuerpo, o dos, o tres: vos podes decir sin que te tiemble la voz que son unos fracasados. Sé que sos de los menos, pero muchas veces las malas cosas que salen de los menos se destacan porque vende, como la guerra que vende más que la paz.

Así sucede: te acostumbras a tener. Y cuando eso pasa lo que tenes pierde valor a tus ojos y buscas algo más. Nos acostumbramos a tener a estos jugadores en la selección. Llegamos a provocar la renuncia del mejor del mundo. Y perder tres finales a los ojos de los fracasados los hizo fracasados a ellos. ¿A ellos? Justo a ellos que llegaron a tres finales después de veinticinco años sin nada. De ver como los brasileros nos goleaban. De quedar en cuartos o primera ronda. Te acostumbraste. Justo a ellos que te dieron la primera medalla olímpica dorada.

Y ahora, donde estamos en tiempos en que tu vida tal vez  se desmorona en algún que otro aspecto, donde tu salario ya no vale lo que antes valía, donde encendes el televisor y lo único que hay son malas noticias: despidos, ajustes, aumentos, represión, riesgo país, tarifazos, cortes, paros. Ahora donde la oscuridad está a nuestro alrededor, dónde poco a poco las luces se fueron apagando una a una: salistes a pegarles como si eso fuera a aplacarte la rabia que sentís por otras cosas. Saliste vos y todos aquellos que se dicen ser periodistas a decir cualquier burrada con tal de vender y venderse. Luego cómo siempre, esta generación jugó para bancar los trapos, salió a hacerse cargo de tu infelicidad y ganó un partido memorable en lo sentimental. Gritamos esos goles como un desahogo a nuestras penas. Esos goles, primero el de Messi y luego el de Rojo constituyeron el último reducto de felicidad que nos quedaba.

Estos jugadores hicieron que por primera vez en muchos años le dieras bola al himno, si se canta o no se canta. Cantar el himno no te hace más patriota. Así que fijate cuando vas a votar de mantener tu patriotismo y no votar por aquel candidato que es un ferviente seguidor de un imperio colonialista, cuyas sus políticas son el reflejo de medidas que empobrecen a tu pueblo. Esta generación hizo que saques la bandera con orgullo, que compres camisetas, que muestres tu “argentinidad”. Pero claro, en ese concepto que tenes o tenemos sobre la argentinidad creemos que ganar una final sea un todo que soluciona cada cosa que esté mal en el país.

Somos nosotros fracasados desde el momento en que consideramos que la derrota no es opción. Somos fracasados desde el momento en que consideramos que el éxito solo es ganar un trofeo. Nos merecemos no llegar nunca más a finales de acá a cientos de años, para que el día que lo logremos entendamos de que no es fácil llegar. No es fácil jugar y ganar un partido. Del otro lado hay otros que quieren lo mismo.

Que Messi te haga creer que es fácil que una sola persona gane un partido y clasificarte a un mundial, es su culpa, sí. Que Agüero, Higuain, Mascherano, te hicieran creer que era fácil marcar y hacer goles, también es su responsabilidad. Pero no, no es fácil. Es difícil salir de una derrota deportiva peros se sale. De lo que no se sale es de criticar y menospreciar a los talentos que da nuestro país. Porque así como pasa en el fútbol pasa en otros ámbitos: y un país que baja salarios a científicos, expulsa a periodistas  o menosprecia al los trabajadores asalariados,  está condenando al verdadero fracaso más allá de cuantos mundiales gane.

Por eso a esta generación, de la que soy contemporáneo yo le agradezco porque hace un par de días y hasta ayer hicieron lo imposible por sacarnos de la amargura social. Se hicieron cargo de nuestros fracasos como sociedad, de los fracasos del gobierno, de tus pequeñas luchas perdidas: y salieron a meter un gol que te haga sonreír y desahogar. Por eso: les agradezco. Ellos construyeron durante doce años el último reducto de felicidad para los argentinos. Ahora nos toca a nosotros hacernos cargo de mantenerlo. Con nuestras elecciones, con nuestros valores. Cada vez que enfoques tu crítica a cualquier de ellos preguntate: ¿qué hiciste hoy para ganar tu final? ¿Diste todo? ¿Le exigís a los que tienen las riendas de este país de la misma forma que lo haces con un tipo que se dedica a hacer de manera talentosa un deporte? Preguntate si es posible que vos solo saques adelante a un país. ¿Es posible que una sola persona se convierta en salvadora de los males del conjunto? No, no es posible. Una sociedad crece en sus logros cuando trabaja en solidaridad con un otrx. Cuando crea lazos que identifican mutuamente. De eso se trata. Para que Messi haga un gol se necesita de un pase como el de Banega, que siendo su mejor amigo este fue su único mundial jugado. ¿Quién no necesita de amigos para vivir? Dejemos atrás la mística del solitario porque para ganar la final del ochenta y seis debieron meter los tres goles otros jugadores que no eran Maradona. Al fútbol se juega de a once. Pasó con Armani: debutó teniendo en sus espaldas el mote de salvador. Y no. En la cancha todos son salvadores de todos. Uno marca para que el otro avance. Uno crea espacios para que el otro tenga oportunidad de avanzar. El juego funciona así, y sino : mirá tenis.

Aplaudamos. Ellos no tienen ninguna obligación de hacerse cargo de tus fracasos y tristezas. Juegan al fútbol y el día en que valoremos el juego por sobre las personas, el pase por sobre el jugador, la jugada por sobre la foto: ese día vamos  disfrutar mejor las victorias y soportar con más espaldas las derrotas. Ahora es cuestión de reconstruir lo destruido en nuestro fútbol, entre esas cosas: la juventud que hoy es necesaria para pensar en un futuro mejor. 

La felicidad no existe todo el tiempo. Son segundos, es un momento que te explota el corazón: la felicidad es un gol contra Nigeria para acceder a octavos. Es una bajada de pelota ante un pase exquisito de un amigo para luego clavarla al segundo palo. Y esos segundos quedan pegados en la memoria, quedan anidados ahí para cuando los necesitemos.

Estos jugadores ayer dejaron todo para terminar de construir nuestra última trinchera en la cual podamos refugiarnos los días que se hagan difíciles. Y serán recordados por ello. Que es mucho más importante que una copa del mundo. 

lunes, 12 de marzo de 2018

Harto de dolor


Oportunidades. Todos necesitamos al menos una oportunidad.

¿Tuvo Facundo alguna oportunidad? Si alguien puede responder a esta pregunta lo invito a que me ilumine.

Mi humilde y enojada opinión dice que no. No tuvo ninguna oportunidad. Nació en un lugar pobre sin oportunidades y a los once años un tiro en la nuca proveniente de la policía lo dejó tirado sobre el asfalto caliente.

¿Vale más el dolor de una abuela de un chico de once años asesinado, nacido bajo condiciones más favorables que el de una abuela de un chico de once años asesinado, nacido en condiciones de pobreza? Aquí también invito a quien pueda responder esta pregunta. Por mi parte digo que no. No vale más. La muerte es la muerte y el dolor es el dolor en todos los lugares por igual.

¿Quién de todos los que apoyan este tipo de justicia se anima a apretar el gatillo y disparar por la espalda a un nene de once años?

¿Por qué el policía disparó de la forma que disparó? ¿Qué fue lo que lo habilitó a disparar así, sin motivo alguno?  Por la espalda. Sin sentirse atacado. Cazando a alguien, a un chico, a un nene de once años.

Las fuerzas de seguridad son el brazo armado del estado. Las instituciones están a cargo de un gobierno. El gobierno está formado por personas con ideas. El conjunto de estas ideas dan forma a sus decisiones. Sus decisiones, entonces se amparan en una ideología. Y si esta ideología sostiene que su brazo armado tiene que matar según el criterio que utilice el que lleve un arma entonces estamos ante un gobierno peligroso. Porque mañana podes ser vos. Sí, vos también aunque estés lleno de oportunidades mañana te pegan un tiro por “cheto careta” la misma cana que le pego un tiro a Facundo por “negro villero”. ¿Me explico?

Un gobierno debe fortalecer las instituciones y crear un ámbito de seguridad jurídica, social, educativa, de salud. Esa es la verdadera seguridad.

Hoy estamos frente a la misma inseguridad sufrida por diferentes sectores de la sociedad: la inseguridad de que sus hijxs no vuelvan vivos a sus casas.

¿Acaso la abuela de Facundo no tiene el derecho de disfrutar de su nieto al igual que cualquier otra abuela? Sí lo tiene. Lo que no tiene es una oportunidad. Como tampoco la tuvo Facundo. Todos necesitamos oportunidades y cuando naces en un hogar sin ellas es el Estado el que debe proveerlas. Sí, tus impuestos tienen que servir para proveer de oportunidades a los que no las tienen. Solo así vas a poder disfrutar de la seguridad que tanto pedís. No viene de las armas. Nunca nada bueno salió de las armas.

Así como vos tal vez quieras que con tus impuestos se limpien las calles yo quiero que con los míos le den oportunidades a pibes como Facundo. No se trata de una cosa o la otra, se trata de las dos cosas. Veredas limpias y pibxs con oportunidades. Los impuestos, las instituciones, el estado y el gobierno están para proporcionarnos las dos cosas y más. De eso se trata cuando hablo de un estado presente.

Vengo de Brasil, allá el chofer de un Uber me contaba que su hijo de seis años no puede ir al colegio porque sale demasiado caro. Seis años y sin oportunidad. ¿Qué esperamos de el cuándo la primer puerta ya la tiene cerrada en las narices. Ya está cien escalones abajo del que puede pagar un colegio. 

Ahí tiene que estar el estado. Ahí tiene que estar un gobierno y decirle: acá tenes un colegio por el que no tenes que pagar. Lo público nos iguala en oportunidades. Nos hace mejor sociedad. Todos debemos tener derecho a comer, a vestirnos, a educarnos, a tener salud, a vivir mejor. Y si vivimos dentro de una sociedad capitalista necesitamos un mediador, alguien o algo que nos iguale con aquel que tiene mejores oportunidades no por ganárselas sino por haber tenido la suerte de nacer en un mejor hogar. Este mediador es el Estado. No me voy a cansar nunca de repetirlo. El estado es el que debe encargarse de proveernos a todos de oportunidades. Pero privilegiando al que menos tiene. Solo así habrá justicia. Solo así habrá seguridad. Yo por mi parte me siento orgulloso de que nuestro país brinde oportunidades a vecinos extranjeros que no las tienen. Vecinos que van a venir a estudiar y encima a consumir acá. Eso nos hace mejores. “Vení, estudiá acá que podes, sé mejor persona y construyamos igualdad juntos” Ese es el mensaje que debemos dar. Sentite orgulloso de la gratuidad de la educación, por ejemplo. Que eso te infle el pecho.

No se trata de cerrarse cada vez más. Se trata de abrirse. Abrir puertas a los que no pueden llegar al mismo lugar que nosotros. No pido nada para mí. Yo lo tengo todo. Pido para aquel que tiene que duplicar o triplicar sus esfuerzos para llegar donde yo estoy. Y no me vengan con “Si trabaja llega” porque no funciona así. Sabes que no es así. Qué casos como el de la película “En busca de la felicidad” solo hay uno porque sino: no se hubiese hecho una película. Ese caso corre por fuera de lo común. La vida de la mayoría no funciona así porque el capitalismo no crea puestos para todos por más esfuerzo que hagan.

¿Es tan complicado defender una vida? A Facundo una bala lo abortó a los once años. ¿Así lo entendes mejor? 

Nunca, nunca cazar humanos fue la solución a nada. Seamos maduros, busquemos soluciones mejores. Pensemos más. Seamos solidarios.

El dolor es el mismo en todas las familias. La muerte es la misma en todos los ámbitos. Solo se diferencian en algo: en las oportunidades que cada una tuvo para evitarla.

Yo a los once años llegaba del colegio a mi casa y le preguntaba a mi vieja que había de comer. Tenía oportunidades.

Pensá. Por favor, pensá.

Harto de dolor, ya es demasiado.



martes, 9 de enero de 2018

Correte Castaña

Correte Cacho, correte que no dejas ver el futuro. Correte, por favor te lo pido. Salí de adelante que no me dejas ver la más importante revolución de la que somos parte. Salí de ahí que por más años que tengas no sos de vidrio. Hace años que atrasas. Vos y los que te dan cámara. Córranse todos los que piensen como el, porque quieran verlo o no estamos frente a un nuevo rumbo. Al fin.

Y también me tengo que correr yo, como hombre, porque esto pertenece a las mujeres. El cambio más radical lo están logrando ellas en tiempos neoliberales dónde las garantías de libertad para todxs están tan amenazadas, ellas llegan al punto de su revolución en dónde ya no hay vuelta atrás. Desde hace miles de años trabajan para lograr lo que están logrando. Entonces yo me tengo que correr, y desde este lugar tengo que decirle a los jóvenes que ese señor es el ejemplo del tiempo que estamos dejando atrás.

Castaña es un conjunto de huesos amarillos y quebradizos de un tiempo que estamos sabiendo superar. Castaña es el padre de todas esas frases que representan a un hombre impune de un tiempo arcaico. Castaña es el olor a naftalina que sentimos en el placard de la historia.
Castaña hablando creyendo que sigue teniendo la misma impunidad de aquellos tiempos pero en este tiempo es de lo más agradable que me tocó vivir. Tengo treinta y un años y puedo ver como los fósiles de la historia humana por fin se vuelven fósiles. Por fin están en el lugar que les corresponden estar.

Pero falta. Falta mucho todavía. Falta por ejemplo que la televisión argentina deje de ser tan chupamedias de los fósiles. Que se entreguen a los nuevos tiempos. Que promulguen los nuevos mensajes. Que sea parte de toda esta revolución. La edad no te da impunidad. Ser viejo y famoso no te hace menos consciente de que algo está cambiando.

“Tengo  setenta y cinco años, gil” le dijo Castaña a un panelista que tibiamente expresó su desconforme con la frase. ¿Y? A mi qué me importa si tenes setenta y cinco o mil años cuando sos un tremendo caso de machismo puro y duro. Ser viejo no te hace impune. "Dije un refrán antiguo", agrega después. Sí, un refrán que fue creado por un contexto machista y que ahora no cuadra, como vos. Estoy cansado de esos viejos que se creen que se las saben todas cuando no saben nada. No sabes nada Castaña. ¿Qué sabes? Decime qué valores tenés. No sabes nada. Hace veinte años que lo único que contas es tu aventura con Susana Gimenez, dejate de joder. ¿Esa es tu triste vida? ¿y vos nos decís "gil" a nosotrxs? 

No es casualidad que hoy los viejos genocidas estén gozando prisiones domiciliarias mientras un tipo como Castaña pide por la vuelta de la colimba. Sí, hay un gobierno que da lugar a todas estas expresiones pero no van a vencer porque el tiempo está de nuestro lado. Y el tiempo todo lo vence. Nosotrxs tenemos el futuro entre manos. Ellxs el pasado. Nosotrxs estamos transformando el presente. Los viejos se van a morir por más jóvenes que sean. Porque lo joven no se ve en el cuerpo.

Pero hay que seguir cambiando cosas, porque el machismo es un todo. Porque es la base de nuestra forma de vivir. Se trata de modificar esa base, crear otra nueva. Aprender a mirar de nuevo. En ese camino el hechizo se rompe: los que antes eran visto como dioses con los lentes de hoy se ven como lo que verdaderamente son: bestias amorfas. Claro, es todo un trauma que algunxs tendrán que superar...o negar. Y así vamos aprendiendo a mirar de nuevo. Los hombres empezamos a estar incómodos en nuestro lugar, entonces: ¡bienvenida la incomodidad! 

Desde acá, desde mi lugar como hombre de treinta y un años le digo al señor ese gordo y viejo ya, que se corra, que deje pasar a los hombres que venimos desde acá, desde este tiempo. Si quiere puede escucharnos, podemos charlar. Porque lxs jóvenes no necesitan el orden de los viejos como usted, señor Castaña. Lxs jóvenes necesitan el espacio que viejos como usted le están negando. Hágase a un lado, haga el favor, que hombres como usted fueron parte de una moda decadente.

Estoy orgulloso de pertenecer a este tiempo y estar del lado de los que se preguntan cosas, de los que quieren modificar usos y costumbres que hacen mal. Y seguiré buscando cambiar y modificando  aquellos pasos mal aprendidos. Viendo de qué manera desde mí lugar como hombre seguir modificando algo, un poquito al menos ciertas cosas. Córranse todos los hombres que no piensen igual y no quieran resignar privilegios que no nos pertenecen. Aceptemos que los derechos se comparten en iguales proporciones.


Correte Castaña, estas opacando el brillo del futuro.


martes, 19 de diciembre de 2017

Quince años


Lo que sigue a continuación lo escribí hace dieciséis años, encerrado en mi habitación. Tenía quince años y lágrimas en los ojos. Vivía en América, a 550 km de Buenos Aires y seguía todo por Crónica. No había Internet y mi formación política era autodidacta y a través de la familia (con todo lo que eso conlleva). No podía compartir todo esto con nadie más que con mi familia. Lo escribía para poder entender qué era lo que estaba pasando, para sacarme la bronca y el dolor de sentirme diferente.

El tiempo me trajo a Buenos Aires justo un año después de la asunción de Nestor. Y acá me encontré con muchas personas que pensaban igual que yo. No me sentí más solo y milité bajo un proyecto que coincidía con lo que yo creía y creo, con mis convicciones. 

Hoy le dije a mi hermana que me pasara lo que había escrito en aquel momento porque lo que se vivió durante estos días me devolvió sentimientos que había olvidado. Más allá de mis errores ortográficos y el pobre alcance de mi idea, lo que se ve es algo que se repite: la ideología y la forma de operar de un gobierno. Y otra vez me encuentro como aquel pibe de quince que fui pero más fuerte, con más argumentos. Así: como el país. 

Anoche se demostró que ahora salimos antes de que aprueben una ley, que crecimos y que no va a ser fácil aplicar todo lo que quieran aplicar, más allá del dolor y los muertos que pueden causar. Más allá de que las leyes se aprueben con palos y nos quieran meter miedo para que no salgamos. 

Acá estamos, seguimos en pie. No hay mucho más que analizar ahora. Los dejo con mis quince años, hace dieciséis, muy lejos de acá, con letra fea y temblorosa escuchando Crónica de fondo, impotente, con ganas de gritar pero esperanzado porque un tal Kirchner llegaba.


Diciembre 2001

16: Saqueos de supermercados.
17: 10 muertos (19/12/2001)
18: 1210 detenidos en la Pcia.
19: Estallido social- Sublevación del pueblo. Declaración de Estado de Sitio.
20: El pueblo salió a la plaza de mayo. Hicieron cacerolazo. Renunció Cavallo. Represión  en Plaza de Mayo. Orden de Avanzar con la represión. La gente sigue protestando. En este momento son las 12.38 hs del mediodía

2002
·         De la Rúa renunció. Hace un año y meses que asumió Duhalde. Sigue manteniendo el mismo modelo. Es un títere del FMI. Convoca a elecciones no se para cuándo porque cada vez se postergan más. Zamora, el ARI, no se presentan a las internas.
·         Protestas, marchas de piqueteros, etc. “Como Siempre”. No se escucha al pueblo y hacen lo que se les da la gana. El FMI no nos da plata, que, aunque nos diera: es la misma mierda con distinto olor.
·         No sé qué va a pasar con esto pero como yo dije: el tiro va a salir por la culata. La izquierda quiere que se vayan todos.
·         Diferentes propuestas de los candidatos de siempre, entre ellos: menem, Rodriguez Saa, Kirchner, De la Sota, etc.


2003
Electo Kirchner con el 22% de los votos ya que Menem no se presentó al ballotage. Seguimos igual pero parece estar todo encaminado hacia el bien. Como dije “parece”.

19/12/2001

Un día que no me voy a olvidar jamás:
A las 10:00 de la noche el presidente De la Rua declara Estado de Sitio en el país, inmediatamente después la gente sale a la plaza de mayo en forma pacífica a hacer un cacerolazo, dejando pasar el tránsito mientras los automovilistas tocaban bocina.
El pueblo al fin se despertó, al fin se puso en contra de este gobierno, cosa que yo estaba previendo desde que asumió De la Rua pero la gente lo defendía después de someternos a una dictadura económica, es decir: manejando los ahorros de los argentinos (nuestra plata), bajando sueldos, quitando trabajo……haciendo cualquier cosa para quedar bien con el FMI sin pensar en el pueblo y para colmo: declarando estado de sitio. La gente tomó conciencia. Ya renunció Cavallo (hoy, 20/12/2001 a las 1.30 de la mañana). Ahora tiene que renunciar De la Rua y asumir un nuevo modelo político-económico que piense en el pueblo. Para reactivar el país uno se tiene que basar en el pueblo, ¿Cómo? De esta forma: al quitar el dinero a los poderosos ( quienes se lo robaron) y hacer una repartición equitativa, de esta forma se abren de nuevo fábricas en la Argentina, se le da trabajo a la gente con buenos sueldos, las personas pagan más impuestos, compran más mercadería y es más: pueden dar trabajo porque pueden abrir sus propias empresas. El gobierno lo menos que tiene que hacer es pensar en la deuda externa porque una vez que se cumpla con esto se va pagando de a poco y no tiene que depender de otros países y podemos ser poderosos como ellos.
La economía del país se basa en el pueblo, pero se les baja el sueldo a los trabajadores, a los jubilados, a los médicos. Así este país no va a avanzar más porque los único que se benefician son unos pocos y de esta manera el gobierno siempre va a perder.

Llegué a la conclusión de que el siglo XX y XXI hubo dos gobiernos radicales los cuales no llegaron a término.

Argentina es un país muy rico en todo aspecto y por eso tenemos que aprovecharlo.








jueves, 14 de diciembre de 2017

¿Sirve de algo?

¿Por qué se reprime una marcha? ¿En qué contexto se usa la fuerza en nombre de todos?

Cuando hay represión siempre de un lado van a estar los débiles y del otro los fuertes. Siempre pero siempre los fuertes son los que tienen a las fuerzas policiales como su fuerza de choque. En toda la historia siempre fue así. Hoy no es la excepción. Cuando pegan es porque no pueden defender una postura con argumentos y cuando no hay argumentos es porque algo raro hay.

No importa cuántos cálculos se hagan, si se reprime es porque hay unos que pierden y otros que ganan. Generalmente los que ganan son los que están detrás de gendarmería.
¿Es necesario explicar que con los fondos de los jubilados se planea pagar intereses de la deuda? De verdad ¿es necesario dejar en claro algo tan simple?

Pueden venir economistas de todos los colores a hacer números finitos para explicar cómo es que no es tan así. Pero yo quiero que me expliquen por qué no se retocan los impuestos a las mineras, a los grandes productores agropecuarios, a todos los que blanquearon dinero y que estuvieron años sin pagar impuestos. Ahí es dónde hay que tocar.

Pero como siempre: el poder tiene en sus entrañas la lucha de intereses. No hay que ser inocentes, hay que saber identificar qué intereses están luchando. Quiénes son los que están detrás de las reformas. ¿Por qué se retoca una jubilación hacia abajo y no hacia arriba? ¿En qué nos beneficiamos todos nosotros como país si se baja una jubilación o el porcentaje de aumento? No hay mucha vuelta. ¿En qué me beneficia a mí que se golpee a una persona por salir a la plaza a hacerse escuchar? ¿Me beneficia como ciudadano? ¿Mañana voy a estar mejor porque le pegaron a alguien o porque a un viejo le recortaron la jubilación? ¿Cuál es el beneficio directo entre la suba de un impuesto y mi bienestar personal? ¿En dónde lo veo? ¿Cuándo lo veo? ¿En qué se beneficia mi economía?

¿Y la economía de mi país? ¿En qué se beneficia en comercializar en soledad con Estados Unidos? ¿Cómo es que vamos a crecer siendo solo exportadores de una potencia que no nos quiere importar porque es potencia e imperial? ¿En dónde se ve el beneficio de pedir préstamos que generan intereses, los cuales debemos pagar con las jubilaciones de los viejos? ¿Por qué fracasamos en todas las negociaciones dentro de la OMC ( Organización Mundial de Comercio) ?  Alguien que me responda esas preguntas en cinco frases como máximo. Ya es hora de que los beneficios para tod@s se pueda vislumbrar en algún futuro cercano. Pero no se vé. 

En dos años todavía no recibimos buenas noticias. No se entiende cual es el beneficio para los trabajadores. En dónde está el bienestar cuando se aumenta cada servicio y se baja cada prestación que se ha obtenido por derechos. Es decir: un hombre que fue siempre millonario llega y dice que debo pagar más impuestos con menos plata, menos derechos como trabajador y menos posibilidades de ejercer mi derecho a protestar. ¿Qué tiene de lindo y bueno pagar más y más impuestos? ¿Dónde está el claro beneficio de pagar más por cada alimento que consumís? ¿Cuánto más hay que esperar? No entiendo, que alguien me explique por qué debo sacrificarme más, en vez de poder tener una vida más holgada. ¿Cuál es el pecado de querer vivir mejor? Eso de que hay que sacrificarse y tirar todos del mismo carro me hace pensar que hay algunos viajando en ese carro, tranquilos, viendo como muchos tiramos de él.

Es verdad, estamos en tiempos neoliberales. Va a existir un estado cuyas instituciones a cargo de un gobierno, trabajarán para proteger los intereses de los menos con la fuerza policial (la cual, vaya paradoja: pertenece a los más) como custodios de sus decisiones. Va a existir un gobierno de pocos, que gobernará para pocos con el poder de unos pocos. No hay mucho más que pensar, es el momento de hacerse preguntas fáciles, simples y concretas. Y tratar de responderlas de la misma forma.

Tenemos derecho a vivir mejor, no existe cuenta matemática basada en un futuro promisorio que fundamente un recorte a tus ingresos. Es mentira. Podes vivir mejor trabajando para mejorar. No es cierto eso de que tenes que sufrir para poder vivir mejor. Eso es otra mentira. Es como que te diga que para subir un escalón vas a tener que bajar dos. O uno. Quedas en el mismo lugar o un escalón más abajo. Piensen, cuestionen, incomódense. Hay algo que no cierra por ningún lado por más y más explicaciones que nos den. Hay algo que no cierra y no va a cerrar.

Pensar en muchas cosas a la vez es desgastante porque es su estrategia: en un día bombardean con cien decisiones, las cuales todas son cuestionables pero uno no puede estar pendiente de las cien y así van desgastándonos. Entonces llego a preguntarme: ¿Sirve de algo todo esto que escribo? ¿Sirve de algo salir a reclamar por tus derechos? ¿Sirve pensar en todas estas cosas? ¿Sirve la política? Sí, sirve. Por más que nos hagan creer que no. Cuando más te digan que la política no sirve es cuanto más se necesita.


Termino con una pregunta como ejemplo: ¿Qué es más lógico: que aumente una jubilación o que baje? No me expliques nada, solo quiero dos posibles respuestas: que aumente o que baje. Según lo que respondas, reflejará que tipo de persona sos. Está en vos. 




domingo, 22 de octubre de 2017

El hombre ilustrado


Hay un libro de cuentos de Ray Bradbury que se llama “El hombre ilustrado” y trata de un hombre que se encuentra con otro hombre inmensamente gordo cuya piel se encuentra tatuada con imágenes que tienen vida propia, las cuales cuentan historias en forma de cuento. Sobre el final se revela el último tatuaje, y en este se representa la muerte del propio hombre que lo está mirando. Hace muchos años compre ese libro pero fue durante esta semana que lo recordé con claridad. Debe ser por los tatuajes… por los tatuajes de Santiago.

Entonces voy a ser parte del mar de tinta que se está desparramando sobre esto y a pesar de que siento que tal vez sea redundante sigo porque esta una de mis formas de rebelarme, de sentar posición y de decir por fuera de mi cuerpo y a la par de éste: que estoy del lado de los buenos como Santiago, quienes generalmente son los que mueren primero para convertirse en espejo de lo que somos. O bien: de lo que en parte somos.
   
En mis treinta y un años nunca había visto tanta maldad sostenida durante tanto tiempo. Los medios salieron con dientes afilados a comerse cuanta carne haya. Uno, el más grande, no se avergonzó de sacarse la máscara y mostrarse tal cual es: un asqueroso vampiro con garganta de lata. Ya nada importó. Pero esto no es lo que me preocupa verdaderamente. Uno sabe que el poder, la obtención del mismo, tiene estas cosas aberrantes. Lo que me entristeció fue ver y leer la reacción de algunos ciudadanos que se dicen argentinos. Sin pudores abrieron sus bocas y usaron sus garras para escribir cuanta porquería se les viniera a la mente.

Más reprochable es aún el accionar del gobierno con su presidente a la cabeza, quien desde otro país solo dijo “tenemos una situación compleja” al referirse a la muerte de uno de los ciudadanos más nombrado en los últimos años. A ese ciudadano eligió no nombrarlo. Ese es nuestro representante hoy. 

Para poner blanco sobre negro y decir solo lo que es verdaderamente importante dejando de lado mil hipótesis y palabras que no tienen sentido ni sentimientos: Santiago Maldonado estaba ayudando a uno de los pueblos originarios a defenderse de gente como Benetton que quiere quedarse con sus tierras. Este gobierno envió fuerzas de seguridad para enfrentar al poderoso pueblo mapuche que estaba poniendo en jaque la vida del débil Sr. Benetton. Como consecuencia de esto hoy Santiago está muerto. Para que quede más claro: las fuerzas del estado nunca deben ser puestas en contra del propio pueblo, porque se crearon para defenderlo. Es su obligación y si un gobierno le ordena posicionarse en contra, entonces ese gobierno es responsable. Es tan simple como eso. No hay grises: o están con nosotros o están contra nosotros. Yo he visto cortar rutas a hombres que hoy son senadores. Esos hombres no fueron reprimidos. Esos hombres ejercieron su derecho libremente. Pero ya no importa. Hoy Santiago que no era parte de aquellos señores, está muerto. Muerto luego de estar en un no lugar durante ochenta días. El No lugar es el lugar más doloroso de todos. Y durante ese tiempo ninguno de nuestros representantes tomó cartas en el asunto. Ni siquiera las tomó durante las siete horas que una familia se quedó cuidando un cadáver que sería el de su ser querido.

En el medio: las elecciones. Que pasaron sin sorpresas. Cambiemos que se fortalece como partido nacional, el peronismo que tendrá que buscar cómo se reacomoda en los nuevos tiempos y un kirchnerismo que tendrá que flexibilizar algunas posiciones para superar su techo. Con una gobernadora hablando como si fuera senadora recién electa y una diputada llamada Carrió ( Con el 50% de los votos de Capital ) subiendo al escenario con la canción "La flor mas bella" tres días después de comparar el cadáver de Santiago con Walt Disney. Sus votos no hablan de ella, sino de quienes la votaron. Pero seguimos en pie.

Haciéndome eco de las palabras de un amigo les aconsejo: escuchen y lean otras cosas. Busquen otras lecturas. Otras voces. Ya los conocemos a todos esos que salen en prime time. Están hablando desde hace años en las mismas pantallas. Se van a morir en vivo y van a seguir hablando como zombies. Busquen otros caminos. Existen personas que hacen laburos increíbles por fuera de lo convencional. Sean valientes y formen su propia opinión. Salgan de ese estado de confort mental. Crezcan, evolucionen. No se duerman. Los pueblos dormidos no sueñan, mueren de a poco.

No puede haber personas desinteresadas. La vida política de un país tiene que interesar. Condenar la muerte de Santiago te hace más persona. Politizar la muerte te hace ciudadano. Politizarla significa que busques respuestas, que preguntes, que pidas justicia. No existe el no politizar. Están confundiendo. En todo caso existe el no partidizar, eso es distinto. Pero la política es importante, es el único medio por el cual nosotros nos expresamos públicamente.

Santiago fue identificado por su familia gracias a sus tatuajes. Ahora es él quien se convierte en un dibujo ardiente que vive en nuestros cuerpos de argentinos. Es una cicatriz en nuestra nación. Pero no se va a quedar quieto como un tatuaje convencional, no: va a moverse como las ilustraciones del personaje de Bradbury, reflejando el futuro de quien lo mire. Sé que los que nos gobiernan lo van a mirar, se les va a grabar en sus pupilas, va a entrar como millones de punzadas de agujas afiladas dentro de sus ojos y allí se van a ver caídos, muertos en vida. Estoy convencido de esto y no porque haya leído un libro o dos sino porque sé que
                                                                                          

                                                                            Pibes como Santiago nunca mueren en vano.





A la familia de Santiago. 


viernes, 25 de agosto de 2017

Vértigo Histórico



¿Tuve suerte de nacer en una familia que acompañó? ¿Tuve suerte de nacer en un país donde la universidad es pública y gratuita? ¿Tuve suerte de tener amigos que me ayudaron a conseguir un trabajo? ¿Tuve suerte de estar bien alimentado y vestido desde mi nacimiento? ¿Fue a causa de la suerte pude estudiar y recibirme? ¿Tengo suerte de seguir bien acompañado, con la misma familia y una compañera que me banca en todas? ¿Tuve la suerte de que en el camino se me cruzaron personas que me empujaron a seguir? ¿Estas personas se cruzaban porque yo había tenido la suerte de haber nacido en donde había nacido? ¿La suerte atrae más suerte? 

¿Qué hubiese pasado si yo no tenía tanta suerte? ¿De qué manera hubiese llegado a comer, educarme, estar sano? ¿Qué hubiese pasado si mi suerte no hubiese sido tan buena?

En estos casos existe una solución simple y contundente: la solidaridad estatal. Con esto me refiero a la capacidad del estado de redistribuir los ingresos que se generan por el aporte de todos los ciudadanos de una manera equitativa. Es decir: repartir mejor la torta. Si yo hubiese nacido en una casa sin suerte el estado a través de sus instituciones me tendría que haber ayudado a estar alimentado, educado y bien vestido porque es mi derecho y su obligación. Porque lo creamos con el fin de que nos proporcione los puentes hacia una mejor calidad de vida de todos y todas. Una de las maneras que el estado ayuda es el de sostener la Universidad Pública, por ejemplo. Ya que gracias a esto un pibe como yo pudo tener acceso a otro nivel de educación.  De esto se trata la verdadera solidaridad. Esto pasa cuando pagas los impuestos. Porque pagarlos no significa que vos puedas reclamar cosas para vos. Tal vez sí se trate de algo de eso pero esas medidas que reclamas debes reclamarlas pensando en el otro, no solo en vos.

Vayamos un poco más allá. Me podes decir que te esforzas y te matas trabajando, estudiando y lo menos que queres es vivir un poco más cómodo. Claramente que esto es una gran verdad que comparto. Pero tu esfuerzo no vale más que el de otro. Tal vez son diferentes tipos de esfuerzos y vos o yo arrancamos en un escalón más arriba que otro. Entonces para ese otro debemos contribuir a que su esfuerzo se equipare al nuestro, ayudarlo: ser solidarios de verdad. De eso se trata tener conciencia social, de pensar en lo colectivo. Cuando damos una moneda a un pibe en la calle es un gesto egoísta porque, en cierta forma, se la damos para sentirnos bien con nosotros mismos, no para ayudarlo a él y cuando no se la das es porque consideras que vos te la mereces y el no. La verdad es que debemos ser solidarios pero para ser solidario debes pensar en qué políticas debe tomar un gobierno para que ese pibe no pida más o que aquel no robe y pueda estudiar o este pueda comer y de esta forma tenga una mejor calidad de vida.

Con todo esto quiero decir que no es solo una cuestión de suerte o esfuerzo individual que estés donde estás. Es algo un poco más complejo: por un lado es suerte pero por otro es el resultado de diferentes medidas políticas que se han tomado durante los doscientos años de historia que tenemos. Casi nada es por azar, tal vez tu nacimiento en una familia asalariada, capitalista o marginada lo sea. Pero la condición social de esa familia es el resultado del accionar colectivo de todos que se encauza en un estado cuyas herramientas las tiene a cargo un gobierno.

Entonces, en este humilde acto te agradezco por contribuir a que un tipo como yo hoy pueda pensar en la igualdad social con las herramientas que la educación publica (financiado por todxs) me facilitó. Igualdad social significa ni más ni menos que todos tengamos las mismas posibilidades de acceso a la educación, salud y alimentos. Porque creamos el estado para protegernos y también para que de alguna manera todos podamos vivir mejor, sino ¿con qué fin se iba a crear?

La cuestión esencial es pensar en todos. Un pensamiento individual hacia un mejoramiento colectivo. Yo sé que estoy en una posición privilegiada respecto a muchos y por este solo hecho mi compromiso con el mejoramiento de la calidad de vida de otros que están en un escalafón más bajo, es para siempre.

La solidaridad estatal se trata de algo simple: repartir mejor mis impuestos, que una gran parte de lo que yo pago vaya destinada a igualar la vida de otras personas que no están en la misma posición social, siguiendo una estructura justa dónde el que más tiene (por una cuestión de suerte y esfuerzo personal bien acompañado por el resto de la sociedad) pague más y el que menos tiene pague menos. De eso se trata el concepto de redistribución. Cuando mejor entiendas esto más vas a crecer vos como persona y como ciudadano argentino.


En todo esto pensé hace unos meses durante los segundos en los que leía la nota de mi último examen. Pensé en esto y también recordé el nombre de la primera agrupación política universitaria en la que milité (con mucho orgullo): “La Puiggrós”*.  Entonces todo adquirió un sentido apabullante, a tal punto que mis piernas comenzaron a temblar. A partir de ese momento: ya formaba parte de la primera generación en mi  familia que lograba tener un título universitario. Y si esto pasó fue en parte gracias a un estado amplio y a gobiernos que tuvieron entre sus banderas a la justicia social como un valor esencial.  Me tuve que quedar ahí un rato: esperando que la sensación de vértigo histórico se me pasara. Recién cuando estuve más tranquilo pude seguir caminando hasta la salida. Me alejé en silencio, ya era de noche y yo estaba demasiado cansando para pensar en algo más. 








martes, 15 de agosto de 2017

Siete puntos

Las PASO pasaron y con ellas algunas cuestiones que me permito puntuar porque tengo ganas y puedo:

1)      Siempre es importante votar. Por más que escuches que las PASO son un gasto innecesario, que no sirven, que son encuestas, etc. Es importante, porque el solo hecho de ejercitar la acción de votar nos hace pensar democráticamente. Expone los mecanismos por los cuales elegimos, nos hace conocer los pasos de una elección, el movimiento de los partidos. Las PASO sirven también para buscar mejor representación. Para que lleguen aquellos partidos que tengan capacidad de acción dentro del congreso, no solo se trata de internas partidarias, es más que eso: es un etapa intermedia para medir la representación real de los partidos y sus  candidatos. Santiago Maldonado sigue sin aparecer.

2)      La discusión por los votos en la provincia de Buenos Aires es eso: una discusión por la cantidad de votos. Nadie se quejó de la lentitud del sistema para contabilizarlos, sino de que se manipuló la velocidad de ese sistema para conveniencia de uno de los partidos. Se trata de una estrategia que dilata el resultado final y le quita efecto a través del desgaste en el tiempo. No es lo mismo anunciar el ganador el mismo día que anunciarlo un mes después. En estos casos el ganador generalmente, no siempre, tracciona votos para la próxima elección. La victoria atrae victoria, dicen. Santiago Maldonado sigue sin aparecer.

3)      Hay que hacer un análisis objetivo y reconocer que Cambiemos se está transformando en un partido. Deja de ser una coalición y poco a poco, de la mano del ejecutivo se esta posicionando como un partido de alcance nacional. Por méritos propios y errores ajenos. Mientras, el peronismo se encuentra en un proceso de cambios y renovación. En este camino esta aprendiendo a adaptarse a las nuevas formas de conquistar los votos. Porque en los nuevos tiempos no solo alcanza con la ideología, hay que poder transmitir la misma de maneras aggiornadas acordes a los tiempos que corren. Santiago Maldonado sigue sin aparecer.

4)      Esta elección muestra que Vidal y Carrió son las mujeres a vencer de Cambiemos . Con la única diferencia que Carrió siempre juega su propio partido y Vidal, por ahora, juega con camiseta amarilla. Santiago Maldonado sigue sin aparecer.

5)      Mal que les pese a muchos Cristina sigue siendo la fiel representante de la mayor parte de la sociedad descontenta con este gobierno. Con todos los procesos judiciales y mediáticos abiertos en su contra ella sigue captando la mayoría de los votantes que no solo no quieren a Macri ni a su proyecto político sino que también la quieren a ella. Recordemos que muchos votos de Cambiemos son votos contra Cristina y no Pro cambiemos. Aunque como dije más arriba: Cambiemos está aprendiendo a captar sus propios votos. Santiago Maldonado sigue sin aparecer.

6)      Ayer en un programa de noticias mostraban a Zamora, como el candidato honesto que viaja en subte y renuncia a su sueldo. Por más que suene atractiva e ideal esta figura del político no es real. Uno puede tener ideas hermosas sobre la igualdad en el mundo y la equidad social pero para llevarlas a cabo necesita poder y para tener poder es necesario construirlo y para construirlo tenes que utilizar recursos monetarios y sociales. Dejemos de ser inocentes y aceptemos que los grandes cambios se logran con poder de acción. La actitud de Zamora me parece más bien egoísta ya que solo él logra cumplir sus ideas, pero nadie más. Lo que quiero decir: hay que aprender a ver que los juegos de poder tienen sus propias reglas  no podemos analizarlos con el reglamento de otros partidos que jugamos en nuestras vidas. Mi vida no es la misma que la de un diputado y por eso la de un diputado no puede ser la misma que la mía, porque jugamos juegos diferentes más allá de que en el pensamiento podamos coincidir o disentir. Resumiendo la idea: ser un pobre en el congreso  no quiere decir que seas un buen diputado así como tampoco ser un buen empresario quiere decir que seas un buen presidente. Santiago Maldonado sigue sin aparecer.

7)      Últimamente siento que está primando una imagen sobre los políticos muy parecida a la de los noventa: son todos iguales. Y esta imagen sirve a un solo sector de la sociedad (el que más poder económico tiene). Mientras vos te desinteresas por votar hay otro sector que se beneficia de ese desinterés y juega a favor de sus intereses ( valga la redundancia ). Nuestra única y más efectiva herramienta de acción es el voto, por eso tenes que interesarte por entender el juego de la política porque el resultado de ese partido tiene un efecto directo sobre tu vida. Serán las leyes que se aprueben adentro del congreso las que modificarán tu día a día. Por más que digas “son todos chorros” las leyes se seguirán votando según las ideas de cada jugador. Interesate, comprometete con tu voto. Y que ir a votar sea una fiesta personal dentro de un marco colectivo. Pensá en la idea que vos tenes para que este país sea mejor y luego busca entre los candidatos aquel que se corresponda con esa idea. Despolitizarte no es la solución a los problemas sociales y económicos. Y no me refiero a que andes discutiendo de política sin ton ni son, me refiero a que hagas un mínimo ejercicio de pensamiento comprometido durante un minuto, todos los días. Santiago Maldonado sigue sin aparecer.


Espero que estos siete puntos, te hayan sido fáciles de leer y ayuden un poco a que valores la democracia porque sin ella, con sus pros y contras, no tenes voz. Porque represión no significa justicia. Desparecer a alguien no significa libertad. No hablar sobre los temas que requieren declaraciones públicas no significa que se esté haciendo algo. Acusar no significa honestidad. Dignidad no se encuentra solo en la pobreza. Educarse debe ser gratis y educar debe ser  pago y bien. Todas estas cuestiones son parte de la democracia. Entenderlas, hacerlas propias y pensarlas es parte de vos en ella.

Santiago Maldonado sigue sin aparecer